Santiago de Chile, Sábado 5 de Enero de 2002

CASO RALCO:
Temen división de los pehuenches

Pilar Espinoza

PILAR ESPINOZA

CONCEPCIÓN.- Desde el punto de vista financiero, el negocio es redondo para Berta Quintremán Calpán. Cambiar una hijuela de 3,2 hectáreas por un fundo de 78 hás y 200 millones de pesos es el sueño de cualquier campesino.

Pero la situación no es fácil para ella. Su decisión de llegar a un acuerdo con Endesa ha impactado a quienes se oponen a la construcción de la Central Hidroeléctrica Ralco. Quienes la conocen, coinciden en que para ella lo más complicado fue transar sus principios, y lo más doloroso, enfrentarse a su hermana Nicolasa, quien mantiene su férrea oposición a abandonar las tierras que serán inundadas.

"No nos corresponde juzgar su actitud", dijo ayer el abogado Roberto Celedón, aunque lamentó tal decisión porque tratándose de una de las más emblemáticas opositoras del proyecto puede influir en las otras seis familias que aún no negocian con la empresa.

El intendente de Biobío, Jaime Tohá, dijo que era positivo que tras un largo proceso de negociaciones se hubiera llegado a un acuerdo y por los antecedentes que maneja "no ha sido un mal acuerdo", esperando que todos respeten su decisión.

Para el abogado Celedón, en cambio, todo indica que no es la decisión de alguien que actúa en libertad, porque los principios de las hermanas Quintremán son por todos conocidos.

Explicó que tras el atentado que empresas contratistas de Endesa sufrieron en septiembre del año pasado, los voluntarios que solidarizaban con los pehuenches opositores abandonaron la zona ante la fuerte presencia policial y ellas quedaron solas. Además, están aisladas por la propia gente de su comunidad, que mayoritariamente aceptó las permutas y ya están relocalizados en los fundos El Barco y El Huachi.

"Los abogados nunca las dejamos solas, pero no participamos en la solidaridad diaria que requieren, sino sólo en su defensa jurídica", concluyó Celedón.

Para Álex Quevedo, profesional que defiende los recursos en el plano ambiental dijo que estimaba un error que se negociara en este momento cuando hay varias resoluciones que están por dictarse en estos días en los tribunales y con amplias posibilidades de tener un resultado positivo.

En el instrumento que firmó Berta Quintremán en la notaría de Selim Parra en Los Angeles, la empresa se compromete a adquirir un predio de 78 hectáreas, en algún lugar de la provincia de Biobío, en sustitución del predio de 3,2 há que tiene la hijuela 32 de su propiedad, por la que recibirá 200 millones de pesos.

Tal compensación difiere significativamente de lo que recibieron las familias ya relocalizadas en los fundos El Barco y El Huachi, por lo que se teme un incremento en la división que existe entre los pehuenches en el Alto Biobío.

Para los detractores del proyecto implica también que la empresa comprendió que aunque siga avanzando con las obras, no podrá inundar las tierras indígenas sin alcanzar un acuerdo previo con las seis personas que aún se oponen.

Dirigentes ambientalistas que siempre han apoyado a las mujeres señalaron que ha sido mucha la presión. "No es por ella, sino por los hijos. Ellas han vivido siempre en esas condiciones y son felices. Pero, también humanas".


©2000 Empresa El Mercurio S.A.P