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DETENCION DE MAPUCHE: UN NUEVO PASO EN LA ESPIRAL DE VIOLENCIA ÉTNICA EN LA ARAUCANIA.

José Aylwin, Coordinador Programa de Derechos Indígenas UFRO

http://www.derechosindigenas.cl

Respondiendo a una investigación llevada a cabo por el Ministerio Público, el 4 de diciembre se detuvo en la Araucanía a 16 personas, la mayor parte de ellas integrantes de la organización mapuche Coordinadora Arauco Malleco. Se les acusa de estar involucrados en una serie de hechos de violencia, fundamentalmente en contra propiedades agrícolas y forestales ocurridas en esta región en el ultimo tiempo. Se les acusa además de asociación ilícita, de infundir terror en la población, esto es de estar involucrados en hechos que tienen el carácter de terrorista..

Según las palabras del Subsecretario del Interior Jorge Correa, dicha detención no debe interpretarse como una acción en contra del pueblo mapuche, por cuanto entre los detenidos habría incluso empresarios de origen europeo. La misma autoridad precisa que se trata de una acción en contra de "delincuentes." De acuerdo a información oficial en el allanamiento realizado por Carabineros para dar con las personas detenidas, fueron incautadas una serie de escopetas y armas cortas, en un numero no superior a una decena.

Los hechos de violencia en contra de las personas y la propiedad ocurridos cada vez más frecuentemente en el contexto del conflicto interétnico que se vive en la Araucanía involucrando a mapuche y a chilenos son, por supuesto, condenables. Son condenables, que duda cabe, los daños a la propiedad, incendios, atentados, etc., que se han verificado han afectado a personas no indígenas. Tanto o más condenable, por lesionar el derecho a la vida, resulta la muerte de Alex Lemun, comunero mapuche cuya muerte está siendo investigada por la justicia militar debido al involucramiento de un funcionario de Carabineros en este lamentable suceso.

Lo que se echa de menos frente a esta situación que afecta a todos quienes vivimos en esta parte del país es un análisis más profundo. Más allá de los calificativos fáciles que se hacen de ellos y de las personas involucradas (criminales, terroristas, etc.), se requiere de una mirada más detenida, más reflexiva, que nos permita situar lo que esta pasando desde una perspectiva histórica, que nos permita entender hacia donde nos llevan las acciones y reacciones desarrolladas en este mal llamado conflicto mapuche (en los conflictos siempre hay dos o mas partes y no una sola como este calificativo parece sugerir).

1. La historia nos enseña que la violencia que se vive en esta parte del país no es nueva, sino que se remonta al descubrimiento para unos a la invasión para otros. La guerra emprendida por los españoles primero y el estado chileno después en contra de los mapuche provocó muchas muertes. Significo para los mapuche pasar de ser un pueblo libre para convertirse en un pueblo subordinado a culturas, leyes y religiones que les fueron impuestas. De poseer un territorio vasto, pasaron a poseer tierras reducidas, que de a poco fueron empobrecidas, al igual que sus habitantes.

2. Los conflictos interétnicos como este no son solo propios de nuestro país. Están presentes a lo largo de América y del mundo. Lo que es diferente es la forma como se los aborda. En la mayoría de los países se avanza hacia la reforma de los estados, se deja atrás el concepto de estado-nación, para acoger la noción de estado pluriétnico y multicultural. En ellos se reconoce a los pueblos indígenas el derecho a un espacio territorial, y a ejercer en ellos crecientes niveles de control sobre su vida, su forma de organización social, su economía, sus recursos naturales, su cultura, permitiendo así su desarrollo como tales. Aquellos países donde esta noción de estado se encuentra mas avanzada, es donde los conflictos entre pueblos indígenas y estados son menores.

3. Lamentablemente Chile se encuentra a la zaga en esta materia. En contraste con su liderazgo económico, nuestro país es de los pocos que no ha hecho un reconocimiento de su pluralidad étnica en su Constitución, de los pocos que no han ratificado el Convenio 169 de la OIT que acoge las tendencias mas contemporáneas en la materia, de los pocos que no permite a los pueblos indígenas derecho alguno sobre los recursos naturales que hay en sus tierras ancestrales, de los pocos que no permite a las autoridades indígenas resolver conflictos - aun los menores- al interior de la comunidad de acuerdo a la tradición..

4. Desde comienzos del siglo XX los mapuche han cuestionado las injusticias cometidas en su contra por el estado y sociedad chilena, reclamando su reparación - salvo contadas excepciones - por una vía pacifica e institucional. La historia esta plagada de relatos de delegaciones mapuche que viajaban a Santiago a pedir audiencia al Presidente de la Republica o al Congreso Nacional, demandando de ellos reformas políticas y legales. El acuerdo de Nueva Imperial de 1989 y la ley indígena de 1993 son la consecuencia de esta tradición cívica de los mapuche.

5. Es efectivo que en los últimos años sectores crecientes del movimiento mapuche han asumido una postura diferente, ocupando predios que reclaman les pertenecen, desarrollando acciones en general en contra de bienes - excepcionalmente en contra de personas - ya sea para llamar la atención sobre su realidad o reclamar derechos territoriales. Cabe preguntarse porque estas acciones - por cierto lamentables- ocurren hoy? Que responsabilidad tenemos en ellas?

6. La respuesta a las preguntas anteriores no es fácil. Los mapuche que lograron convivir en el pasado con la economía ganadera impuesta por los españoles, y mas tarde con la economía trigera impuesta por el estado chileno, han tenido serias dificultades para convivir con la actividad forestal que se impone en la región, y en especial en los sectores donde los conflictos son mas fuertes. Se trata de una actividad que en nada beneficia a las comunidades. Se trata de una actividad expulsiva, que provoca migración de los mapuche y que ha provocado serios impactos ambientales y culturales en sus comunidades.

7. Por otro lado, las políticas desarrolladas por el Estado para abordar los problemas territoriales, económicos y sociales de los pueblos indígenas parecen ser insuficientes para la magnitud que estos tienen. La institucionalidad creada para posibilitar un dialogo entre ellos y el estado, parece estar hoy superada. Decisiones sobre cuestiones importantes que afectan a los mapuche han sido tomadas sin su consulta, o contra su opinión. Finalmente, la globalización es un fenómeno que no solo opera para los estados o los sectores empresariales. Los mapuche conocen las experiencias de otros pueblos indígenas en otros contextos donde sus derechos políticos, territoriales y culturales son reconocidos, y se preguntan legitimamente, porque acá no pueden serlo.

8. Paradojalmente, los mismos sectores que en Chile se oponen a toda reforma jurídico-política en esta materia, son aquellos mas duramente cuestionan el accionar mapuche, calificándolo como delictual y terrorista, y limitándose a exigir del gobierno el respeto al estado de derecho y la represión de tales conductas. Aferrados a viejos dogmas hoy superados en las sociedades modernas, se niegan a avanzar en la reforma del estado, se niegan a abrirse a formas de convivencia basadas en el reconocimiento de la pluralidad étnica y de los derechos consustanciales a ella.

9. El gobierno de la Concertación, debilitado por su falta de mayoría en el Congreso, así como por el desgaste político y ético de sus autoridades, termina por consentir en la estrategia de dichos sectores, criminalizando la acción mapuche, persiguiéndolos con las leyes que quienes lo integran antes condenaran (ley antiterrorista, ley de seguridad interior), perdiendo toda capacidad de liderazgo, toda capacidad de generar una diálogo constructivo y profundo que permita buscar solución a este problema.

10. La persecución de los dirigentes de la Coordinadora Arauco Malleco, el sector mas radical del movimiento mapuche, demuestra la incapacidad de nuestra sociedad de abordar los conflictos interétnicos desde una perspectiva política. Judicializando el conflicto, lejos de solucionarlo, se da un paso mas en el peligroso espiral de violencia étnica en el que estamos sumidos. No hay que ser un analista político para darse cuenta que a la detención de estos dirigentes, seguirán nuevas acciones por parte de los mapuche, posiblemente cada vez mas fuertes.

Es hora de revertir esa espiral, de sentarnos a la mesa y escuchar al otro, de buscar formas de convivir en forma armónica que hasta ahora entre chilenos y mapuche. Es hora de usar nuestra imaginación para construir una región, un país en que haya espacio para todos, en que las riquezas que se generen se repartan entre los primeros habitantes de este territorio y los que llegamos mas tarde.
Es hora de aprender del otro y de su cultura, es hora de dejar atrás la cultura del desprecio hacia el mapuche en la que fuimos educados. Hay muchos ejemplos que demuestran que las sociedades que se abren a esta posibilidad, son mas ricas, mas tolerantes, mas creativas, mas productivas que la que tenemos en Chile, y en especial, en la Araucanía. Los mapuche han esperado mucho tiempo en forma pacífica a que cambiemos nuestra forma de relación para con ellos. Al parecer se les acabó la paciencia. Que estamos esperando para cambiarla ahora?.