Proyecto de Documentación Ñuke Mapu
http://www.mapuche.info

25 de Junio de 1997

 

Sr. Froddi Cisternas Barruel 

Acusamos recibo de sus comentarios a nuestra carta abierta al Presidente de la República de Chile, Señor Eduardo Frei; fechada el 9 de Junio de 1997
En primer lugar nos permitimos aclararle que nuestra filiación no es "ecologísta", los que firmamos la carta somos un conglomerado de diferentes personas originarias de diferentes países que a su vez representamos diversas esferas y ámbitos académicos, artísticos y profesionales. A pesar de nuestras diferencias nos une el interés por la historia y la realidad del pueblo Mapuche de Chile y Argentina. Es esta relación y vínculo con la historia del pueblo Mapuche y con la historia del pueblo de Chile que nos llevó a tomar la iniciativa de dirigirnos al Presidente de Chile y a la opinión pública chilena e internacional.
Entendemos que el adjudicarnos el epíteto de "ecologista" "o "bien intencionados" pretende descalificar nuestra competencia profesional y la legitimidad de nuestros argumentos ante los lectores. A este respecto consideramos que no es tema de nuestra incumbencia someter a discusión sus aversiones, prejuicios y limitantes intelectuales.
Nos permitimos aclararle que el párrafo de nuestra carta que usted califica como "cuadro conmovedor y grandilocuentes frases, lamentablemente sin un serio sustento" es una cita textual de las Observaciones de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena al Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Central Hidroeléctrica Ralco de La Empresa Nacional de Electricidad S.A. Es decir, "nuestras grandilocuentes frases" se fundamentan en la lectura de la opinión de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, que según entendemos es el organismo más competente en la materia en Chile. Nos aventuramos a suponer que al igual que "los ecologístas," la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena no es considerada por usted como una opinión autorizada en su peculiar escala de valores.
Tal como se evidencia en el texto de su carta, lo que usted y nosotros destacamos se sitúa en dos diferentes planos. Por su parte es esencial subrayar la importancia de los beneficios económicos que traen consigo la construcción de represas en el río Bío Bío. Por nuestra parte nuestra preocupación se concentra en destacar las consecuencias de tal empresa.
Los antecedentes que reporta su carta sobre las razones que justifican la construcción de represas más bien ilustran su desconocimiento del amplio y largo debate que a este respecto se viene desarrollando en el curso de los seis últimos años, tanto en Chile como en el extranjero. Un amplio espectro de profesionales y expertos en la materia han aportado tomos de antecedentes sobre las ventajas y desventajas que implican la ejecución de este tipo de proyectos. A este respecto vale la pena de destacar que lo que usted expresa es una interpretación muy representativa de la opinión de un grupo de expertos y políticos que promueven el sacrificio del río Bío Bío y la deportación de los pehuenches de sus territorios ancestrales. Coincidentemente la apelación se fundamenta en el "supremo interés del desarrollo y la civilización".
El propósito de nuestra iniciativa es llamar la atención sobre las consecuencias que implica la construcción de la represa Ralco. La construcción de la(s) represa(s), tal como lo indica el referido informe de CONADI, los estudios de International Rivers Network, Grupo de Acción por el Bío Bío, el Banco Mundial, CODEF y EULA (por nombrar algunos de los innumerables estudios); trae consigo serias consecuencias para el ecosistema y para las personas que serán forzadas a abandonar el territorio donde han residido durante miles de años. Este material no es de su conocimiento. En el caso que su nivel de tolerancia intelectual así lo permita le recomendamos su lectura. Consideramos que es lo más conveniente en el propósito de poder continuar esta polémica en un nivel acorde con la seriedad del problema.
Sin embargo, es posible de constatar que al margen de los antecedentes técnicos que se ventilan en este debate también afloran consiente o inconsientemente prejuicios racistas y tergiversaciones históricas. Su carta es una brillante ilustración de cada uno de estos puntos.
Para usted lo más importante a destacar es el beneficio económico que se logra como resultado de la construcción de represas. Si esta afirmación se verifica irrebatible, entonces es hora de promover la asignación del premio Nobel de economía a los ingenieros civiles maestrados en recursos hídricos. Si es que nos enmarcamos en un estricto orden y nivel de competencia profesional para fundamentar nuestras opiniones, creemos que lo más conveniente es circunscribirse a nuestros respectivos campos de competencia profesional. Permítanos llamar la atención que sus méritos profesionales no son el mejor antecedente para legitimar su afirmación sobre este particular tópico. Por lo tanto una discusión sobre estos términos y tema cae totalmente fuera de contexto.
Es un hecho que la eventual construcción de la(s) represa(s) nos confronta con dos grandes dilemas; el uno, cuales son las consecuencias que conlleva la manipulación de un ecosistema y por otra parte hasta que punto es políticamente legítimo y jurídicamente viable el deportar de sus territorios ancestrales a un conglomerado de personas que conforman una nación. Desde su punto de vista el asunto es simple: …"en algunos casos puedan realmente provocar un cambio en sistemas de vida primitivos, en menor o mayor plazo siempre acaban por beneficiar considerablemente no solo el sistema de vida, si no también, el ecosistema de la región donde han sido construidas"
El autoadjudicarse el supremo derecho de sancionar la condición y por lo tanto el destino de determinadas naciones o conglomerados humanos es parte de un arbitrario razonamiento político e histórico muy mal intencionado. Sin embargo hay que reconocer que su comentario magistralmente ilustra el tipo de "civilización y progreso" que usted reivindica.
Señor Cisternas lo que en este momento se discute no es la idoneidad de las nociones fascitoides que usted reivindica en nombre de la "civilización". Lo que aquí se discute son las consecuencias políticas y jurídicas de medidas a tomar en el marco del Estado de Derecho que en este momento impera en Chile.
En términos específicos y desde la perspectiva de tres diferentes circunstancias institucionales lo que esta en juego es la redefinición de dos principios elementales, a decir;
1- Es admisible en el contexto de un Estado de Derecho sancionar política, jurídica y en referencia a los derechos humanos la deportación de minorías étnicas?
2- Es admisible sancionar política, jurídica y éticamente la liquidación de un ecosistema, en este caso el río Bío Bío y su entorno?
Estimados lectores; una sanción favorable en relación a estas dos situaciones es un precedente muy desafortunado que a su vez introduce substanciales modificaciones en la agenda de los postulados políticos, en la historia de la legislación y en el expediente de los derechos humanos. Consecuentemente un precedente de este tipo tangencialmente avala el tipo de idoneidad ética y profesional personificada en la opinión del ingeniero civil Sr. Froddi Cisternas Barruel. Es esa la razón que nos ha llevado a tomar parte activa en este debate.
A nombre de mis colegas les saluda cordialmente
Jorge Calbucura

Sociólogo
Departamento de Sociología
Universidad de Uppsala, Suecia