Portada | Nosotros | Enlaces | | ||||||||||||||||
SeccionesNoticiasAntecedentes Comunidades Campañas Indoamérica Cultura Libros Ñuke Mapu Documentos de Trabajo Sobre Opinión Biblioteca ArchivosArchivo 1997-2009 |
2016-05-03 | Antecedentes | IndoamericanoCarta pública de Académicos e historiadoresEs imprescindible que el Estado reconozca el genocidio del pueblo selkânamProfesionales y académicos del mundo de las ciencias sociales, han hecho presente que es imperativo que el Estado de Chile reconozca el genocidio del pueblo selkânam, cuya desaparición comenzó con la llegada de los primeros colonos de la Patagonia a fin del siglo XIX.De acuerdo con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas (1948), âse entiende por genocidio cualquiera de los actos [â¦] perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como talâ, entre ellos la âmatanza de miembros del grupoâ, la âlesión grave a la integridad fÃsica o mental de los miembros del grupoâ, el âsometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción fÃsica, total o parcialâ, y el traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupoâ. Dado que todos estos actos se produjeron contra el pueblo selknam es imprescindible reconocer oficialmente el genocidio, esto es, âla destrucción fÃsica intencional de un grupo social completo o la aniquilación de una parte tan significativa de ese grupo de la que resulte que no continúe siendo capaz de reproducirse biológica y culturalâ. Por último, cabe insistir en que se trató de un proceso planificado y sistemático, decidido en reuniones de las que ha quedado registro. El reconocimiento del genocidio selknam y aonikenk (tehuelche del sur) por parte del Estado chileno fue planteado en 2007, cuando el entonces senador por Magallanes Pedro Muñoz presentó una moción que ha sido discutida en las comisiones de cultura del Senado y de la Cámara de Diputados. En la primera se debatió el tema, haciéndose referencia al Informe de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos IndÃgenas (2003, 2008), que definió como genocida la ocupación de Patagonia austral y Tierra del Fuego. Sin embargo, âLos Honorables Senadores señores [Andrés] Chadwick y [Mariano] Ruiz-Esquide plantearon reemplazar el término âgenocidioâ por âextinciónâ, dadas las consecuencias que se podrÃan generar para el Estadoâ, lo que fue respaldado por el senador Cantero. Sin discutir el fondo de la cuestión y por unanimidad, lo mismo que en la sala, se aprobó reconocer âla extinción de las etniasâ. Pasado el proyecto a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, se resolvió utilizar el concepto de genocidio. En plenario, los diputados Giovanni Calderón (UDI) y Jorge Sabag (DC) se opusieron al reconocimiento del genocidio, âpues el delito no prescribe y puede derivar en indemnizaciones a las vÃctimasâ. Desde entonces, el proyecto de ley permanece, sin urgencia, en trámite. Dado lo anteriormente señalado, consideramos imprescindible el reconocimiento del Estado y los gobiernos locales del genocidio selknam, y proponemos la construcción de un Memorial en Tierra del Fuego, en el que puedan ser enterradas las vÃctimas de las polÃticas de deportación y exterminio. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos IndÃgenas, firmada por Chile en 2007, establece que âlos pueblos indÃgenas tienen derecho a [â¦] obtener la repatriación de sus restos humanosâ, y que âlos Estados procurarán facilitar el acceso y/o la repatriación de objetos de culto y de restos humanos que posean mediante mecanismos justos, transparentes y eficacesâ. Por ello, las autoridades del Estado de Chile deben arbitrar las medidas para que los cuerpos profanados y exhibidos en museos, o depositados en instituciones locales, nacionales o extranjeras puedan finalmente reposar dignamente en la que fuera su tierra. Asimismo, y dado que la Declaración firmada por el Estado establece que âlos pueblos indÃgenas tienen derecho a que la dignidad y diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones queden debidamente reflejadas en la educación y la información públicaâ, deberán ejecutarse medidas que eviten la naturalización del exterminio en nombre del âprogresoâ, entre ellas, la apertura de un diálogo social amplio sobre los sÃmbolos y efemérides magallánicas. Esperamos que la presente solicitud ciudadana siga un curso exitoso, respondiendo a la necesidad de hacer un mÃnimo de justicia histórica con las vÃctimas, rescatar su memoria, reparar aunque sea parcialmente a sus descendientes, e incorporar su historia en los planes de estudio y las polÃticas de la identidad a nivel local, regional y nacional. Sólo de esta manera será posible proyectarnos como comunidades regionales y estatales reconciliadas con un pasado diverso y complejo, construyendo un presente más justo para los pueblos originarios y las sociedades construidas sobre su destrucción, silenciamiento y/o marginación. Redactores: José Luis Alonso Marchante, escritor. Madrid, España. Nicolás Gómez Baeza, profesor de Historia e historiador. Punta Arenas y Santiago, Chile. Alberto Harambour Ross, historiador. Punta Arenas y Santiago, Chile. Firman: Paulette Alejandra Aguilera Salazar, Historiadora, Santiago de Chile Ramón Arriagada, escritor y sociólogo, Puerto Natales. Christian Báez, historiador, Santiago. Jorge Baradit, escritor, Santiago. Ernesto Bohoslavsky, historiador UNGS/CONICET, Buenos Aires. Gabriel Boric, diputado, Magallanes. Ljuba Vesna Boric Bargetto, Candidata a Doctora en Historia USACH, Santiago de Chile Natalia Braidot, historiadora del Arte y profesora, Madrid. Cristian Javier Cañete Leal, Presidente agrupación Memorias en el Viento. Punta Arenas, Chile. Léonard Chemineau, dibujante, ParÃs. Rafael Cheuquelaf Bradasic, periodista y músico Lluvia Ãcida, Punta Arenas. Roberto Cortes, estudiante de posgrado en Historia, Universidad Católica de ValparaÃso. Gustavo Alejandro De la Barra Riquelme, Geógrafo, Licenciado en GeografÃa, Punta Arenas. Walter Mario Delrio, docente/investigador, CONICET/Universidad Nacional de Rio Negro. Nolberto DÃaz, vicepresidente CUT, Tierra del Fuego. Francisca Carolina DÃaz Zúñiga. Candidata a Magister en Historia USACH. Santiago de Chile. Gabriel Di Meglio, historiador, CONICET / UBA Sanja Durin, antropóloga, Institute of Ethnology and Folklore, Zagreb. Javier Figueroa Ortiz, Universidad Central de Chile. Mario Garcés Durán, Académico Universidad de Santiago de Chile y Director de ECO Educación y Comunicaciones, Santiago de Chile Marcelo Garrido, geógrafo, Vicerrector U. Academia de Humanismo Cristiano. Igor Goicovic Donoso, historiador de la Universidad de Santiago de Chile, Santiago de Chile. Rodrigo González Vivar, profesor e investigador, Instituto de la Patagonia. Sergio Grez Toso, historiador, Universidad de Chile Verónica Grondona Olmi, investigadora Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires. Jessabel Guamán Flores, historiadora. La Serena, Chile Luis Milton Ibarra Philemon, Archivo Histórico Municipal y Comisión por la Memoria Huelgas 1921, Calafate. Sergio Infante R., poeta y profesor universitario, Estocolmo. Xochitl Inostroza Ponce, etnohistoriadora, Universidad de Chile-UMCE. Mirta Leyes, pintora y profesora, Mercedes. Marcelo E. Loyola Avilés, historiador. Santiago, Chile. Luis Alberto Mancilla, profesor y escritor, Castro. Ivette MartÃnez M., Profesora, Caleta MarÃa. Dante Montiel Vera, profesor de Estado e historiador, Castro. Mario Isidro Moreno, escritor, Punta Arenas. Omar Moya, programador, Santiago. Cristina Moyano Barahona, historiadora Universidad de Santiago de Chile, Santiago de Chile. Alexis Nolent, escritor y guionista, ParÃs. Yerko Obilinovic, periodista, Punta Arenas. Pavel Oyarzún DÃaz, escritor, Punta Arenas. Pedro Pacheco A., docente, Universidad Viña del Mar. Fernando Pairican, Historiador, docente Universidad de Santiago de Chile. Pedro Pacheco, docente Universidad Viña del Mar. Marisol Palma Behnke, historiadora, Universidad Alberto Hurtado Pilar Pérez, docente-investigadora, IIDYPCA-UNRN-CONICET, Argentina Julio Pinto V, historiador, Universidad de Santiago de Chile. Alfredo Prieto Iglesias, arqueólogo, Universidad de Magallanes, Puerto Natales. Loreto Quiroz Rojas, abogada, Universidad de Chile. Javier Eduardo Rivas RodrÃguez, Académico U del Desarrollo y USACH. Santiago de Chile. Alfons RodrÃguez, fotoperiodista, Barcelona. Federico RodrÃguez, escritor y profesor, RÃo Grande. Manuel Luis RodrÃguez, sociólogo y cientista polÃtico, Punta Arenas. Mariela Eva RodrÃguez, CONICET/UBA/ FLACSO-Argentina. Enrique Hugo Mases, historiador. Director GEHiSo, Universidad Nacional del Comahue. Pablo Navas, Profesor, Universidad Nacional de la Patagonia Austral, RÃo Gallegos. Laura Pomerantz, doctora en Historia del Arte, Buenos Aires. Mario A. Rivera, profesor titular Universidad de Magallanes, Punta Arenas. Camila Rojas, presidenta Federación Estudiantes Universidad Chile, Santiago. Catalina Saavedra Pérez, actriz, Santiago. Camilo A. Santibáñez Rebolledo, profesor de Historia e historiador, Santiago de Chile. Paula Tikay Ferrer, artista, Santiago. Stefanie Torrejón Vásquez, historiadora, Archivo Nacional de la Administración, Santiago. Jaime Valenzuela M., Profesor Titular, Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile. Cristian Valle Celedón, realizador audiovisual, Punta Arenas. Marcelo Valko, escritor y profesor, Buenos Aires. Orlando Vargas Oyarzún, ingeniero comercial, Punta Arenas. Bernardo Veksler, periodista y escritor, Buenos Aires. Pablo Venegas, psicólogo, Rector Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Mauricio Webel, periodista, Santiago. Fuente: Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu |
|
||||||||||||||