domingo 11 de marzo de 2001

Pueblo mapuche lafquenche
El dilema es entre la acción
política y el uso de la fuerza

''Ahora no tengo tierras, no tengo trigo, por eso no tengo pan ¿qué voy a hacer?''. El lamento mapuche del poeta Iván Ancatén fue coreado por los peñis que asistieron ayer a la denominada ''Cumbre social'' que se desarrolló en el Sindicato de Trabajadores de Petrox.

Este es el dilema que enfrentan los pueblos de la provincia de Arauco y que se refleja en las declaraciones de algunos de sus loncos.

Pascual Huenchuleo, de la comunidad Huape de Cañete, dirige a 50 familias que disputan un terreno de 270 hectáreas con un particular. En enero se tomaron el fundo hasta que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena resolvió estudiar el caso. Huenchuleo dice que la espera es larga y que tienen confianza en que el mensaje que vinieron a transmitir los jóvenes -entre ellos su hija Gloria- apure la asignación de nuevas tierras a sus comunidades.

Para Juan Huenupil, lonco de Comillahue, esta acción pacífica debe hacer que las empresas forestales se abran y dialoguen con los mapuches. Insistió en que buscan más tierras y que las 50 familias de su comunidad -unas 300 personas- apenas tienen para su alimento en las 220 hectáreas que ocupan en la comuna de Tirúa. Dice que están ocupando terrenos de las empresas Volterra y Mininco y que se han enfrentado a los carabineros, ''pero no vamos a dejar que nos apaleen''.

Según Huenupil, serán ellos, los loncos, los encargados de evaluar y ''ver qué vamos a hacer ahora''.

Y las respuestas comenzaron a surgir ayer en el encuentro. El representante de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Quichua de Ecuador, Estuardo Remache, contó que gran parte de los ocho millones de índigenas de su país están organizados en un partido político. Con apenas seis parlamentarios en el Congreso son una fuerza naciente, pero dispuesta a hacer valer sus derechos, porque se cansaron de ser usados en las campañas políticas y ahora pueden pasarle la cuenta a sus propios líderes.

Adolfo Millabur, el alcalde de Tirúa, cree que aún faltan bases más sólidas para acceder a una vía política pero que es necesario avanzar en ese camino. Frente al tema de la violencia dijo que más grave es la miseria y la postergación que enfrenta el pueblo mapuche, situación que los hace reaccionar con ''energía y fuerza''.


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