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Reportaje

Domingo 12 de Septiembre de 1999

Dictamen judicial

Suspenso sobre la Central Ralco

Por una parte, se anunció que está en estudio si se sigue adelante o no con el proyecto, porque hay dudas sobre su rentabilidad, y por otra, hace algunos días un tribunal de primera instancia en Santiago acogió un recurso presentado por pehuenches que se oponen a la construcción de la central, y ordenó suspender las faenas mientras resuelve sobre la petición de nulidad de la autorización entregada por la Comisión Nacional del Medio Ambiente para ejecutar la obra.

Enrique Inostroza Romero

La construcción de la Central Hidroeléctrica Ralco en el Alto Biobío, está en suspenso por partida doble. Por un lado, el directorio de Enersis, la matriz del holding al cual pertenece Endesa, propietaria del proyecto, lo está reestudiando y podría resolver no materializarlo si se llega a la conclusión de que actualmente no es un negocio rentable, y por otro, está semana el Sexto Juzgado Civil de Santiago ordenó suspender las faenas y el plan de relocalización de las comunidades indígenas afectadas, mientras resuelve sobre la nulidad de la resolución de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) que declaró ambientalmente viable la iniciativa. La demanda en tal sentido la hizo en 1997 una familia pehuenche que se opone a la ejecución de esa obra.

La revisión del proyecto fue anunciada hace algunos días por Alfredo Llorente, presidente del holding Enersis, quien dijo que se está reestudiando la iniciativa y que esperan tener una decisión durante el mes de septiembre. Agregó que el análisis es para ver si se sigue adelante o no con Ralco, porque todavía no se ha llegado al punto de no retorno, es decir, cuando los desembolsos que se han hecho superan determinado porcentaje de la inversión acordada inicialmente que, en este caso, es de US$ 550 millones.

Hasta ahora no se había planteado esta hipótesis, a pesar de toda la campaña en contra que han hecho los grupos ambientalistas y algunas familias pehuenches que no aceptan la permuta de tierras que les ofrece Endesa. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que el proyecto no se materialice por una serie de circunstancias, dijo el presidente de Enersis.

Tarifas y concesión

Alfredo Llorente señaló que uno de los factores que se analizarán para decidir el futuro de Ralco es el de las tarifas eléctricas.

El precio de nudo de la energía (que pagan las distribuidoras a las generadoras), por ejemplo, ha caído en cerca de 40% desde que se planteó la construcción de la central hidroeléctrica -precisó el ejecutivo de Enersis-, "y ese es un factor que debemos tener en cuenta". Por otra parte, en fuentes del holding eléctrico, cuya mayoría accionaria es de propiedad de Endesa España, se dijo que una de las principales preocupaciones de sus ejecutivos es la excesiva demora del gobierno en el otorgamiento de la concesión eléctrica a Endesa Chile para la ejecución del proyecto. Esto es considerado un hecho clave porque permitirá a la generadora establecer servidumbres en los terrenos que ocupará en la construcción de la central.

La critica en este aspecto apunta a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) que estaría demorando la entrega de la concesión, y que ello se debería a que aún no se ha logrado un acuerdo con todas las familias pehuenches para la permuta de sus tierras.

Sin embargo, en fuentes de ese organismo se dijo que el atraso no obedece a esas razones, sino al hecho de que faltan antecedentes que Endesa no ha entregado. Una de ellos sería el acuerdo entre Endesa y María Teresa Solá, que no es pehuenche, propietaria de 3 mil hectáreas que quedarán inundadas cuando se construya el embalse de la central Ralco. En este caso hay un juicio pendiente, con un fallo de primera instancia que obliga a la empresa eléctrica a indemnizar a la dueña de esas tierras con US$ 6 millones, pero ella apeló y exige el pago del doble de esa cantidad, lo que debe resolver la Corte de Apelaciones de Concepción.

Historia de Ralco

La historia de este proyecto hidroeléctrico se remonta a 1994, cuando la Endesa resolvió ponerlo en ejecución.

La obra, que requerirá una inversión de US$ 550 millones, se ubica en la zona del Alto Biobío, en el curso superior del río del mismo nombre, a unos 120 kilómetros al sureste de la ciudad de Los Angeles y 30 kilómetros aguas arriba de la central Pangue, también de propiedad de Endesa. Tendrá una potencia instalada de 570 megawats y una generación promedio de 3.380 gigawats/hora, lo que le permitirá aportar el 10% de energía eléctrica al Sistema Interconectado Central (SIC). Será puesta en marcha en el año 2002.

La planta ha sido diseñada como una central de embalse para lo cual se construirá una represa en el cauce actual del río Biobío que permitirá acumular mil 222 millones de metros cúbicos de agua e inundará 3 mil 500 hectáreas. Esto último afectará, entre otras, a 83 familias de comunidades pehuenches del sector, para las que se ha diseñado un plan de relocalización a través del cual se les entregarán 21 mil hectáreas de tierras a cambio de las 638 de su propiedad que resultarán afectadas por la inundación.

Sin embargo, la operación permuta de tierras no ha sido del todo exitosa, porque hay siete familias que se resisten al intercambio aún cuando recibirían una superficie mayor que la que perderían.

Necesidades energéticas

Entretanto, el proyecto ha seguido su desarrollo. Hace poco más de un mes la constructora peruana Graña y Montero junto a la española Necso se adjudicaron un contrato por US$ 80 millones por la construcción de la bocatoma de la represa, un túnel, el pique y la caverna para la casa de máquinas de la central hidroeléctrica.

Además, ya está terminada la infraestructura de caminos de acceso a las diferentes obras. Un tramo de 20 kilómetros de vía desde Pangue a Ralco ha sido mejorado, se construyeron otros caminos internos, dos puentes sobre el río Biobío y 37 kilómetros de caminos secundarios para reponer aquellos existentes que quedarán inundados por las aguas del embalse. Finalmente, están adjudicadas otras obras como la excavación de las fundaciones de la represa y obras complementarias.

También hay que destacar lo que significa este proyecto en ocupación de mano de obra para una zona tan deprimida. Actualmente laboran allí 800 trabajadores, se ocupan 200 camiones y 90 máquinas de distinto tipo en las diferentes faenas, cifras que aumentarán cuando empiece la construcción de la central propiamente tal.

Endesa ya tiene comprometida cerca del 60% de la inversión total de la futura central hidroeléctrica de Ralco, lo que hace suponer que es difícil tomar la decisión de suspender la ejecución de la obra.

A esto hay que agregar las declaraciones del gerente general de Endesa, Francisco García, después de asistir a la inauguración del Gasoducto Atacama, hace algunos días. Ante una consulta periodística, dijo que el proyecto Ralco no estaba en revisión y que lo único pendiente era la adjudicación de los dos últimos contratos por unos US$ 250 millones lo que se haría en una próxima reunión de directorio, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

"En ningún momento se han puesto en duda ni en revisión el proyecto -dijo el gerente general de Endesa-. Lo que hemos estado haciendo es escuchar a todo el mundo, porque tenemos la obligación de hacerlo con todos los agentes sociales, pero no podemos poner en entredicho una obra que ya está adjudicada en más de un 50%. Además, la necesidad de energía para Chile hoy es prioritaria".

Respecto de los plazos dijo que se mantiene la idea de poner en marcha la primera turbina en junio del 2002 y la segunda en septiembre u octubre de ese año.

Todo pendiente

Pero, todo esto se deberá paralizar o quedar pendiente. Primero porque efectivamente el directorio de Enersis está revisando la factibilidad del proyecto, y segundo, por la orden de suspender las obras mayores, como lo señala el fallo judicial de primera instancia.

En él se establece que "de la inspección ocular a la zona que abarca el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) se concluye que actualmente se están realizando obras que revisten el carácter de definitivas o mayores. Ello en contraposición a las obras preliminares que se autorizaron en principio y que consistían básicamente en el mejoramiento del camino publico, la construcción de una línea de transmisión de energía eléctrica y la habilitación de campamentos, talleres y bodegas para los contratistas".

El fallo precisa, más adelante, que de aceptarse la continuación de las obras, atendida su magnitud, se haría ilusorio el derecho pretendido por los demandantes de anular la resolución que aprobó el Estudio de Impacto Ambiental, porque el daño sería irreversible y causaría enormes perjuicios a quienes han hecho de la zona su hábitat.

Por eso, el juez del Sexto Juzgado Civil de Santiago ordenó suspender todas las obras mayores o definitivas y el plan de relocalización de las comunidades indígenas afectadas por la construcción de la central hidroeléctrica Ralco.

Pero este fallo judicial no es la última palabra. Tanto la Endesa, dueña del proyecto, como la Conama, organismo que aprobó el Estudio de Impacto Ambiental y en consecuencia autorizó la ejecución de la obra, pueden apelar y, seguramente lo harán en los próximos días.

Entretanto, el proyecto quedará en suspenso, a la espera de lo que resuelva el directorio de Enersis y los tribunales de justicia.

 

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