Jueves 4 de junio de 2009 / Por Antonio Valencia / La Nación
Rodrigo Egaña anticipa alcances del nuevo Código de Conducta Responsable (CCR)
Pese a que el CCR propuesto no es obligatorio para los privados y que no frenaría proyectos como Pascua Lama, Egaña dice que las aprensiones del empresariado “son similares a las esgrimidas contra la norma ambiental”. En el futuro, “será tan normal la protección del medio ambiente como la de los derechos indígenas”, añade.
A una semana de instalado el debate en torno al primer borrador del Código de Conducta Responsable (CCR) para la protección de derechos indígenas frente a proyectos de inversión, el comisionado presidencial, Rodrigo Egaña, ya tiene una primera conclusión: la mayoría de las aprensiones del empresariado contra el CCR se parecen demasiado a las críticas contra la normas "verdes" lanzadas antaño, pero estima que "a futuro" en Chile será "tan normal" la protección del medio ambiente como la de los derechos indígenas.
-En el sector industrial dicen que el CCR burocratizaría
inversiones. ¿El CCR debe cumplirse antes, después
o durante la evaluación de impacto ambiental?
-Si bien no está resuelto aún ni mencionado
en el borrador del código en discusión, yo creo que deberíamos
certificar primero si se cumplen los estándares de protección
de los derechos indígenas y, con posterioridad, dar paso a la
normativa ambiental. Tengo la impresión de que la mayor parte
de los argumentos de algunos empresarios en contra del código
-por supuesto que no todos, ni mucho menos-, son similares a los que
se esgrimieron contra la normativa ambiental hace varios años.
Con el CCR estamos seguros de que ocurrirá un proceso parecido
y, en el futuro, será tan normal la protección del medio
ambiente como la de los derechos indígenas.
-¿Por qué el CCR es obligatorio para las empresas
públicas y voluntario para las privadas?
-El código será obligatorio para proyectos públicos,
porque el gobierno tiene la posibilidad de autoimponerse estándares.
Será voluntario para los privados, porque la única forma
de hacer exigibles sus estándares a toda la sociedad es que se
convierta en una ley. Este gobierno sólo tendrá tiempo
para elaborar el proyecto y enviarlo al Parlamento, pero su discusión
y aprobación serán responsabilidad de la siguiente gestión.
-¿Si cumplido el CCR las comunidades igualmente rechazan
proyectos como Pascua Lama, HidroAysén o Celco-Mehuín, éstas
se paralizan o igual siguen adelante?
-Mientras no sea una ley de la república, el código
será obligatorio únicamente para los proyectos públicos
en tierras indígenas y voluntario para las inversiones privadas.
El actual borrador establece una certificación para garantizar
que ciertos ámbitos de protección sean respetados y que
se sigan los estándares del Convenio 169 de la OIT (que entra
en vigencia el 15 de septiembre) en la negociación con las comunidades.
No establece como requisito indispensable el consentimiento previo. En
esta propuesta de código se plantea un procedimiento que debería
permitir, en base a la participación libre, informada y de buena
fe, que se llegue a establecer acuerdos con las comunidades. Para este
fin se crea la figura de un veedor independiente encargado de garantizar
que se hayan hecho los esfuerzos necesarios. Con este procedimiento y
si se cumplen los estándares que le he mencionado, podría
ocurrir que una comunidad mantuviera sus discrepancias con un proyecto,
lo cual sería materia a resolver por el Consejo de Certificación.
Sin embargo, incluso si se diera el caso, el consejo podría entregar
una certificación positiva.
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