Pese a ser hijo de chilena, no existen signos de
devoción por
indígena beatificado por Papa Benedicto XVI.
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Ceferino Namuncura murió cuando estudiaba para
ordenarse sacerdote.Foto:EL MERCURIO |
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IVÁN FREDES
TEMUCO.– El joven mapuche argentino Ceferino Namuncura (1886-1905), declarado
beato este viernes por el Papa Benedicto XVI, es un desconocido entre los mapuches
chilenos y en las diócesis que concentran la mayor población
indígena de la zona.
En la Patagonia argentina este virtuoso hijo de un cacique argentino y una
chilena cautiva de Lonquimay, nacido en Chimpay (Río Negro), es considerado
un milagroso santo popular, pero en nuestro país sólo es conocido
por referencias.
En el obispado de la Araucanía, jurisdicción eclesiástica
que comprende la mayor parte del territorio mapuche, el beato indígena
no cuenta siquiera con una oración, una estampa o una bibliografía
de su vida, al revés del otro lado de la cordillera, en donde existe
un santuario, un museo y hasta dos películas sobre su vida.
El vicario del obispado de la Araucanía, padre Gerardo Franck, cuenta
que salvo uno que otro, en general los mapuches ni siquiera saben que uno
de los suyos, pero nacido en Argentina, puede llegar a ser declarado santo
por sus virtudes heroicas.
El investigador mapuche Juan Ñanculef dice que si bien muchos de los
mapuches abrazaron las religiones católica y evangélica, nunca
han dejado de lados sus creencias ancestrales, por lo que son pocos los que
saben de Ceferino. "Hay algunos devotos en la zona cordillerana, en la frontera
con Argentina, debido a la influencia de los mapuches argentinos, que aquí llamamos
puelches".
Para Hilario Huirilef, consejero de la Comisión Nacional de Desarrollo
Indígena (Conadi), el hecho de que un mapuche haya sido declarado beato
no tiene ninguna importancia ni trascendencia para los indígenas chilenos
de esa etnia.
En Argentina, el beato Ceferino está sepultado en el santuario salesiano
de Fortín Mercedes, erigido sobre las ruinas de un antiguo fuerte militar,
símbolo de la dominación a los araucanos pampinos, próximo
a la patagónica ciudad trasandina de Bahía Blanca, mil kilómetros
frente a Temuco.
Innumerables libros, documentos históricos, manuscritos, folletos, historietas
seriadas, fotografías y hasta un completo museo actualizan la vida de
este ejemplar sexto hijo del último rey de las pampas argentinas.
El Papa Paulo VI lo declaró Venerable el 22 de junio de 1972, por
haber practicado todas las virtudes cristianas en grado heroico.
El 6 de mayo de 1962 el mulato peruano San Martín de Porres, "Fray escoba",
fue canonizado por S.S. el Papa Juan XXIII. Y el 26 de febrero del 2002, S.S.
Juan Pablo II canonizó al indígena Juan Diego Cuauhtilan, mexicano
de la etnia Náhual.