Magistrado que procesó a Pinochet relata planes para evitar
ducto de Celco:
Ex juez Guzmán,
el "werken" de la caleta Mehuín
Domingo 14 de enero de 2007
"Yo
pienso que el ducto es inhablable. El diálogo, de
partida, sería un diálogo de sordos...", sostiene
el ex juez.Foto:Matías Espinosa |
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Es el nuevo vocero ("werken")
de los mapuches y está dispuesto a usar su influencia en Chile y el
extranjero para evitar la inversión que, a su juicio, empobrecerá la
zona y terminará con la cultura lafquenche. Así y todo, aspira
a un acuerdo y afirma que no está cerrado a que Celco opere, pero
con resguardos ambientales que él mismo se encargará de buscar
en la ONU.
Andrea Sierra
La oficina que Juan Guzmán Tapia ocupa en el cuarto piso de la Facultad
de Derecho de la Universidad Central exhibe en sus murallas una gran bandera
mapuche.
El sábado
último, el ex juez -que dio la vuelta al mundo tras ser el único
que logró
procesar a Augusto Pinochet- fue investido como "werken" (vocero) de los
lafquences pescadores en la zona de Mehuín para oponerse a la construcción
de un ducto que descargará en esa bahía los desechos líquidos
de la planta de celulosa de Celco (de Angelini) en Valdivia y que desató una
verdadera guerra en el lugar.
Guzmán quiere formar parte de esa batalla. Y lo hará haciendo
valer su peso ante organismos internacionales y el propio Gobierno, donde
ha construido lazos fuertes.
Incluso, asegura que recibió ofrecimientos para ser candidato presidencial
y que todos esos nexos los usará ahora para propiciar un acuerdo
que permita a Celco operar, pero con todas las medidas ambientales que él
se encargará de asegurar con peritos de la ONU.
-¿Por qué decidió entrar a este conflicto?
-El año pasado, en una visita a la zona me di cuenta de que había
violencia policial contra los mapuches. Tanto fue así que al poco
tiempo Aucán Huilcamán y una amiga mía, Patricia Ruiz,
fueron agredidos directamente. Después se me solicitó que
yo fuera vocero de grupos de comunidades mapuches, y dije que sí,
en la medida en que se tratara de un movimiento pacífico y que las
peticiones tuvieran por objeto reclamar sobre los derechos constitucionales
que ellos merecen.
-¿Cuál fue su primera misión?
-Yo llevé una carta de petición al veedor de la ONU para
que viniera a Chile y observara las nuevas formas de violencia que se estaban
ejerciendo contra los mapuches. Después me invitaron a Valdivia
las comunidades lafquenches. A mí me llamó
mucho la atención el activismo pacífico de ellos para decir
no al ducto de Celco, que pretende que se lancen los riles a Mehuín,
que es de donde extraen la mayor parte de sus productos marítimos;
por eso acepté ser su vocero.
-¿Considera activismo pacífico el uso de armas, como ocurrió cuando
técnicos de Celco intentaron hacer mediciones en la zona, lo que
se llamó "La Batalla de Mehuín"?
-Pienso que en la medida en que no se hagan las mediciones, se impide el
ducto, y yo considero que el ducto es atentatorio. Implica contaminación
medioambiental muy grave y el final del medio de subsistencia de más
de 1.500 familias.
-Vale decir, usted respalda este tipo de acciones...
-En efecto.
-Los pescadores de Mehuín ni siquiera han estado llanos a tener
una conversación con la empresa... ¿Usted comparte esa visión
tan radical?
-Yo pienso que el ducto es inhablable. El diálogo, de partida, sería
un diálogo de sordos...
-¿Hay alguna solución, entonces?
-Hay medidas alternativas, como, por ejemplo, el sistema de circuito cerrado,
como el que se usa en Finlandia. Es un fenómeno de purificación
muy grande que permite que esas aguas puedan volver a aprovecharse... pero
es obvio que aquí se trata de los costos. Celco prefiere que los
costos los asuma la población de artesanos pescadores y no quieren
ellos invertir lo que realmente debieran.
-¿Pero las comunidades están de acuerdo en permitir una solución
como la que usted señala?
-A mí me han hablado que ellos están por una medida alternativa...
-Entonces podría haber un acuerdo...
-Claro. Se va a tener que llegar a un acuerdo si Celco quiere seguir operando.
Hoy la planta funciona con un 80% de su capacidad y continúa contaminando
el río Las Cruces, así que me imagino que va a llegar un
momento en que va a haber que conversar.
-¿Cuál es su trabajo a nivel internacional en este tema?
-Vamos a tener muchas personas que van a venir, intermediarios. Queremos
que organismos internacionales vean que Chile cumple con sus compromisos,
básicamente las Naciones Unidas. Luego, ONGs y fundaciones. Nos
gustaría que un ente que no fuera estatal ni puesto por Celco nos
pudiera ayudar para hacer peritajes en la zona. No es fácil la tarea,
requerimos ayuda, y ésa es otra de las labores que se me han encomendado.
También, yo escribo en varios medios internacionales y seguiré haciéndolo
para reclamar por este tema.
-¿Qué le pareció la decisión de la ministra
Veloso de dar un plazo de 2 años a Celco para entregar los estudios
sobre el ducto?
-Es una decisión a favor de Celco, porque significa agotamiento
de la gente que está haciendo una legítima defensa. Entonces,
no me extrañaría que, por un lado, el cansancio y, por otro,
los ofrecimientos económicos sirvieran para debilitar y para dividir
a los grupos de pescadores artesanales.
-¿Ha tratado de conversar con el Gobierno para frenar esa resolución,
a su juicio, adversa para los pescadores?
-Yo soy vocero, pero en la medida en que me pidan, estaría llano
de hacerlo. No he tenido los poderes.
-¿Y las comunidades planean hacerlo?
-Evidentemente. Claro que esto no sería apelar, sino ejercer su
derecho de petición sobre demandas que son constitucionales...
-Pero Chile no ha suscrito el convenio de la OIT que entrega a los mapuches
derechos constitucionales sobre sus tierras...
-Sí, y ésa es otra de las peticiones que se están
haciendo a la Presidenta Bachelet, porque prometió resolver el problema
indígena dentro de sus cuatro años.
EL EX JUEZ ANTE LA MUERTE DE PINOCHET Y LAS OFERTAS POLÍTICAS QUE
RECIBIÓ
-¿Cómo recibió la muerte de Pinochet?
-Como la muerte de cualquier persona de 91 años, como un hecho biológico
que tarde o temprano iba a producirse...
-¿Pero cuáles fueron sus sentimientos?
-¿Sentimientos? Ninguno. Pero sí quedé poco satisfecho
con la actuación de la segunda sala de la Corte Suprema, que habiendo
yo sometido a proceso a Pinochet en la Caravana de la Muerte y esperando
que se le juzgara, estimó que había que sobreseerlo definitivamente
por su estado mental inepto para ser juzgado. Esto, pese a haber estado
con facultades aptas, como todos en Chile lo sabemos. Eso naturalmente
me causó una decepción, porque yo pienso que el Poder Judicial
perdió la oportunidad histórica para rehabilitarse después
de su obsecuencia y su colaboración con la dictadura.
-Una de las mayores críticas de sus detractores es que usted sacó mucho
partido haciendo carrera internacional por el tema Pinochet.
-Eso no es cierto. Yo, si quisiera hacer carrera, podría hacerlo...
Se me ofreció carrera política, me han ofrecido todos los
cargos: candidato a Presidente, a senador, diputado...
-¿Qué partido?
-Me lo reservo. Y ésa es una prueba de que yo no he pretendido jamás
nada fuera de ser un buen juez honesto. En relación a los libros
y publicaciones, lo hago para que el mundo y Chile sepan lo que ocurrió aquí y
que esto no fue una taza de leche, ni menos una dictablanda.