Conflicto Ralco: Crónica de un Etnocidio Anunciado
Septiembre, 2003
Que las ñañas de la resistencia a la construcción de la represa Ralco
hayan cedido a las presiones del Gobierno y a la transnacional ENDESA
- España para permutar sus tierras, a esta altura, es sólo un hecho
más de una historia de destrucción y depredación. El etnocidio ya
estaba consumado. La destrucción social, espiritual y cultural en las
comunidades Pewenche era una realidad hace mucho tiempo.
Que las mujeres Pewenche mantuvieran su resistencia, no habría
cambiado mayormente todo el daño externo que se generó en la convivencia
de centenares de familias. Quedaba eso si, la esperanza de resistir
por la dignidad, por doblarle la mano a los poderosos, quedaba la
esperanza de frenar el ecocidio para evitar la inundación de más de 3.500
hectáreas de un territorio único en flora y fauna y por supuesto,
de salvar el río Bio Bio, fuente de vida y patrimonio universal.
La situación actual de negociaciones y acuerdos forma parte de la crónica
de una muerte anunciada. De nada sirvió la legislación local en materia
indígena. Tampoco las del Derecho internacional. De nada sirvió que misiones
internacionales como la Federación internacional de Derechos Humanos (FIDH)
o Amnistía internacional se pronunciaran sobre la vulneración de
los Derechos fundamentales .De nada sirvió la visita y los pronunciamientos
del Relator internacional de la ONU. Las últimas acciones
y movilizaciones para frenar la represa a nivel local e internacional,
quizás, sólo contribuyeron a mejorar las actuales condiciones
de negociación para las mujeres de la resistencia que tantos años
se mantuvieron firmes. Par el caso particular, bien por ellas. Mal
para el Pueblo Mapuche Mal por aquellos que son víctimas del conflicto
y que hoy están encarcelados. Mal para lo último de dignidad que
le quedaba a Chile.
Queda demostrado entonces, en la triste realidad chilena, de
cómo una empresa de capital español puede enseñorearse en los poderes
de un Estado avasallando voluntades tanto políticas como administrativas,
para conseguir autorizaciones que han generado un conflicto ambiental
y étnico único en la historia. Vergüenza y repudio a los Gobiernos de
la concertación que traicionó los mandatos de la ciudadanía, que traicionó
su propia legalidad sobreponiendo intereses capitalistas a intereses
sociales y humanos.
Podrán decir muchas cosas sobre legalidad para engañar a la opinión
pública, pero lo realmente cierto es que el Gobierno subordinado repulsivamente
a los intereses de los grandes grupos económicos se pasaron por el traste
su propio estado de derecho, el mismo que utilizan para reprimir a los
Mapuche. Digan lo que digan, el proyecto Hidroeléctrica Ralco siempre
será ilegal e inmoral. Que dicho proyecto contribuirá a mejorar las actuales
necesidades energéticas en Chile es otra falacia. Nunca quisieron escuchar
las distintas alternativas que en diversas ocasiones se propusieron y
que eran mucho más viable. Aquí estaba en juego solamente los intereses
de una gran empresa con tremendos poderes fácticos.
Los movimientos ecologistas y mapuche, en su totalidad, muchos de ellos
con patéticas posiciones, tampoco pueden eludir sus responsabilidades
sobre este fracaso, donde también nos incluimos a nivel de organizaciones
organizaciones. El fracaso es de todos. Es justo asumir
las autocríticas Al respecto, ¿Cuántos personeros pasaron por el Bio Bio
asumiendo protagonismos con afanes de figuración?. Los movimientos de
apoyo muchas veces, con intereses mezquinos sólo contribuyeron a generar
mayor división, cada uno por su lado pretendía imponer sus propias estrategias
y ahora están los resultados. Al parecer,al interior de la clase
dirigente mapuche que viene cumpliendo una larga trayectoria y que
hoy está entrampada en situaciones coyunturalista, en medio de la coacción
estatal y de programas y proyectos asistenciales, probablemente
deberá dar paso a nuevas generaciones que con una visión más colectiva,
con más fuerza y con condiciones de generar alianzas, asuma debidamente
los desafíos de la reconstrucción territorial y de la reivindicación de
los Derechos, para frenar y expulsar la expansión de estos
grupos económicos que sólo han traído consigo la muerte de comunidades
y la destrucción de los ecosistemas.
Con todo el respeto que se merece las decisiones de las ñañas
que dieron muestra de firmeza y dignidad en todos estos años, deberá
asimismo el movimiento mapuche evaluar su postura sobre las actuales condiciones,
ya que los intereses que se manipulanno son tan solo individuales,
corresponden también a los derechos colectivos de todo un Pueblo.
Por último, deberá proyectarse con fuerza el desenmascaramiento de
todos aquellos personeros públicos y privados que han sido promotores
y cómplices del etnocidio pewenche para que la historia no olvide el rol
que cumplieron, partiendo muy especialmente por el empresario y ex presidente
Eduardo Frei Ruiz Tagle.
El Pueblo Mapuche vive.... La lucha sigue....