Hoy, la leyes de protección indígenas se están utilizando para favorecer mezquinos intereses capitalistas y eso es muy grave. La defensa no estricta de los intereses de ENDESA que ha demostrado la CONAMA, no es la expresión que los Pueblos de la Tierra esperábamos de una institución creada para proteger el medio ambiente. La situación actual nos pone en alerta frente a toda la posibilidad de destrucción que hace el gobierno actual en nombre del progreso.
En estos momentos, un dolor grande troza nuestros corazones, no solo porque existe una decisión que se aleja de las leyes y de la justicia, sino porque somos testigos de la deshumanización del escaso valor que va teniendo la vida para que aquellos que son llamados a cumplir deberes en contra de los indígenas.
Nosotros hemos visto y oido las expresiones de la señora directora de la CONAMA y podemos ver que ella se sabe defendiendo lo indefendible, porque el proyecto de ENDESA no se puede realizar sin atentar contra la vida. Hoy día nos atrevemos a preguntar a la señora directora de la CONAMA ¿de qué sirve la luz eléctrica si esa luz llega a iluminar la muerte de un pueblo? ¿de qué sirve la luz eléctrica si la llave que la da tiene la marca de la muerte?
Esa luz eléctrica que defienden con tanta fuerza enceguese, es un golpe que aturde hoy y que mañana sacudirá con la misma fuerza la conciencia de quienes la están encendiendo. Ese dolor no tendrá remedio ni en los pesos ni en los dólares.
Hoy dia nuestros hermanos Pehuenches son víctimas de la riqueza de sus aguas, mientras los huilliches somos víctimas de la riqueza de nuestros bosques. Los pueblos originarios somos acechados por el capitalismo destructor, los papeles nuestros siguen valiendo menos que los intereses de los empresarios ante las autoridades y lo que es peor, nuestras vidas siguen valiendo menos que las de los seres humanos que tiene el poder político y el dinero.
En el Decenio de los Pueblos Indígenas del mundo declarado por las Naciones Unidas, en Chile se concreta una propuesta de muerte de nuestros pueblos. Esa es la tragedia de Chile que la historia viene recogiendo y que debe cambiar por el amor a la vida de la humanidad.
Que Chao Ngenechen ilumine los corazones de quienes quieren hacer realidad tan criminal atropello contra nuestros hermanos pehuenches.
Junio, 1997