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Tierras
son la base para cualquier solución
Se agota plazo para desactivar el conflicto Los mapuches menos ideologizados y más
pacíficos comenzarán a movilizarse a principios del 2000.
Los más duros, "acumulan fuerzas" para presionar con más
violencia a partir de abril a quien gane las elecciones de diciembre.
Udo João Gonçalves Y Fredy
Palomera
Pero con el paso de los años, los indígenas aseguran que sólo han visto crecer sus frustraciones, pobreza y desconfianza, ingredientes suficientes para radicalizar un conflicto que, hasta para las propias autoridades, aún está dentro de márgenes pacíficos. Pero el tiempo de una salida pacífica parece agotarse. A pesar de que el ministro de Mideplan, Germán Quintana,
intentó realizar un trabajo serio para determinar las reales demandas
de los mapuches, sus conclusiones no dieron en la clave de las necesidades
indígenas y factor común de los conflictos: las tierras.
Por esta razón, tras la presentación del presidente Eduardo
Frei -que apunta a una inversión de más de 140 mil millones
de pesos-, inmediatamente llegó un temporal de críticas de
los líderes mapuches debido a que el proyecto no considera,precisamente,
lo que ellos más necesitan.
POSICIONES MAS DURASEn las comunidades indígenas de las provincias de Arauco y Malleco reconocen que ya comenzó la cuenta regresiva para dar inicio a las movilizaciones generalizadas. Aunque hoy los comuneros aparecen divididos en distintas organizaciones mapuches con variadas formas de enfrentar el problema, hasta los más moderados y oficialistas dan este año como plazo antes de recurrir a posiciones más duras.Es el caso de la comunidad Pascual Coña, donde el presidente de la comunidad -adscrita a la organización Raucochi Ñimapu-, Francisco Lincopi, indicó que tienen toda la voluntad de conversar una solución de tierras, pero acotó que el tiempo de espera se está acabando. El mismo panorama se vislumbra en las comunidades aledañas a Tirúa, Cullinco,Collipulli, Traiguén, Lumaco, Ercilla, Cañete, entre otras, donde la explosión parece inevitable. Y aunque el ministro Quintana sea enfático al decir que "no hay alternativa a la mala" para obtener más tierras, el cruce de intereses de empresarios y mapuches, hasta el momento, inhibe cualquier solución pacífica. Incluso, el "Pacto por el Respeto Ciudadano" propiciado por las autoridades, es inviable para los madereros, puesto que no está firmado,precisamente, por los grupos indígenas que están en el epicentro conflicto. Por su parte, las organizaciones más radicalizadas y políticas,
como la Coordinadora Arauco-Malleco y el Consejo de Todas las Tierras,
en su visión estratégica ya dieron por finalizadas las posibilidades
de obtener soluciones con este gobierno, así que se encuentran en
un período de "acumulación de fuerzas", donde las distintas
acciones que emprendan son sólo para mantener el conflicto latente,
mientras preparan una fuerte embestida a partir de abril del próximo
año, con el objetivo de presionar al nuevo mandatario de La Moneda
para que acepte sus demandas.
INFILTRADOSTanto los organismos policiales como en La Moneda han señalado que en la organización de la acciones mapuches participan "infiltrados", sin sopesar que la intrínseca desconfianza que tienen los indígenas a los huincas hacen remota esa posibilidad. Es más, la subestimación y desinformación de las reales capacidades que tienen los propios mapuches es el principal "talón de Aquiles" de los servicios policiales y de inteligencia para tratar de desarticular al fortalecido movimiento indígena.Sin embargo, no es menos cierto que existe históricamente en el sector de la cordillera de Nahuelbuta un trabajo de organizaciones de izquierda,básicamente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Partido Comunista. Esta labor se realizó mayormente durante el gobierno militar,donde a varios militantes indígenas de la zona se les dio instrucción ideológica y militar. Muchos de estos "cuadros" mapuches, sumados a los que han recibido
o reciben educación universitaria, no sólo han desarrollado
una elaborada visión indigenista sino que, además, han formado
una estructura de apoyo a las organizaciones tanto a nivel nacional como
internacional.
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