ANTE LA DESTRUCCIÓN
DE PUENTE, EN LA ARAUCANÍA:
Agricultores
Se Movilizan Contra Actos de Violencia
Doscientos propietarios del agro
forman frente común para defender, inclusive con armas, sus predios
amenazados por mapuches.
TEMUCO
(María Angélica Venegas).- Un nuevo frente de conflicto entre
agricultores y mapuches surgió en la Novena Región tras un
acto violentista ocurrido en la provincia de Malleco. Allí, un grupo
de indígenas derribó durante la madrugada del sábado
un puente que comunica al fundo Rucañanco de forestal Mininco en
el sector rural de Traiguén.
Este predio maderero, a diferencia
de otros que colindan exclusivamente con hijuelas de indígenas,
tiene por vecinos a particulares no mapuches que han visto afectadas sus
actividades cotidianas tras el atentado.
En vista de este nuevo hecho de violencia
en la Araucanía, casi doscientos agricultores de la comuna de Collipulli
advirtieron ayer que resistirán con todos sus medios - armas incluidas-
cualquier provocación o acto de violencia indígena.
Si bien este incidente fue considerado
menor en relación a las millonarias pérdidas que dejó
la quema de maquinaria agrícola en Traiguén - situado a 80
kilómetros de Rucañanco- , para los agricultores de la zona
es el más grave de una serie de acciones de hostigamiento que han
soportado en los últimos meses.
Productores, organismos policiales
y políticos han responsabilizado en forma directa o indirecta al
dirigente mapuche Víctor Ancalaf (PS), quien vive cerca del fundo
Rucañanco. Este, pese a haber sido beneficiado por la compra de
tierras que hizo la Conadi, sería uno de los beligerantes líderes
del conflicto mapuche en la provincia.
En el denominado sector San Andrés
de Collipulli, ubicado a unos 11 kilómetros al poniente, la Conadi
adquirió para Ancalaf y otras doce familias de su comunidad 133
hectáreas, por un monto superior a los $ 160 millones.
A nivel de Gobierno, la conducta mostrada
por Ancalaf en los últimos meses ha causado profunda molestia, ya
que mientras duró su proceso de adjudicación de tierras no
causó controversia e incluso mostró llevarse muy bien con
las autoridades.
Pero en los últimos meses hubo
un cambio radical. Incluso encaró a gritos al Presidente Eduardo
Frei en una ceremonia en la provincia de Malleco, en enero último,
advirtiéndole que "está en territorio mapuche".
El dirigente pertenece a la coordinadora
de comunidades en conflicto de Arauco y Malleco y participa activamente
en las movilizaciones indígenas en demanda de más tierras.
SE ALTERO LA TRANQUILIDAD
Según reconocen agricultores
de Collipulli, la mayoría ha convivido en forma pacífica
por décadas con grupos mapuches, pero desde la llegada de la comunidad
Ancalaf - con un total de doce familias- los propietarios de los fundos
Palermo, Ginebra, Granadero y Curán han enfrentado constantes amenazas
de "tomas", robos de madera y talas ilegales, entre otras provocaciones.
Lo anterior, sin considerar el problema
que sufre Forestal Mininco. Al igual que en Traiguén con el predio
Santa Rosa de Colpi, el fundo Rucañanco, de mil 90 hectáreas,
ha sido permanente escenario de hechos de violencia.
La inquietud y organización
de los agricultores surge de las continuas contradicciones en que ha incurrido
la autoridad respecto de la forma de enfrentar los actos de violencia en
que participan grupos étnicos. Ello motivó que unos doscientos
propietarios, de variada condición económica, formaran el
llamado Frente Común por la Defensa de Nuestras Tierras.
Si bien se reconoció que en
el movimiento participan en forma directa unos treinta agricultores, los
restantes toman parte activamente de los acuerdos de éstos. De hecho,
se comentó que cuentan con un amplio sistema de comunicación
radial y telefónico y que en caso de problemas existe el compromiso
de ayudarse mutuamente, incluso con armas si es necesario.
Ayer, el presidente del frente, Fredy
Molina, dijo que le parece increíble que el Gobierno no reaccione
ante la serie de "actos terroristas" que afectan a la provincia de Malleco
y que tengan que ser las propias víctimas las que deben unirse para
defender lo suyo.
Criticó a los tribunales, por
dejar libres a los pocos días a los indígenas responsables
de hechos de violencia, y a la autoridad, por no usar todos los instrumentos
legales de que dispone para detener la violencia.
Aunque el personero reconoció
que se está en presencia de un problema puntual, gestado por unos
pocos mapuches, el clima de beligerancia e intranquilidad ha llevado a
algunos productores a paralizar las inversiones en sus campos por temor
a que sean "tomados" u objeto de incendios.
En el país existen casi tres
mil comunidades étnicas, la mayoría de origen mapuche. La
población total bordea el millón de habitantes en Chile.
Si bien los focos de conflicto se han
centrado en las provincias de Malleco (IX Región) y Arauco (VIII
Región), la magnitud de los acontecimientos - como saqueos a propiedades,
quema de maquinaria agrícola, golpizas a guardias forestales, incendios
intencionales y "tomas"- ha sido interpretada por muchos sectores como
una amenaza a la seguridad pública nacional.
Se critica al Gobierno, que no ha actuado
con la misma energía en todos los casos. En círculos empresariales
no se comprende por qué el Ejecutivo se niega a aplicar la Ley de
Seguridad Interior del Estado a los autores de los hechos de violencia,
como en 1997, cuando una decena de mapuches quemó una caravana de
camiones forestales en un camino público de Lumaco.
"Nosotros no estamos dispuestos a que
las inversiones que se han hecho en los campos, que son el trabajo de toda
una vida, se tiren por tierra, porque vienen estos activistas a meterse
a nuestros campos", precisó el dirigente.
DILIGENCIAS POLICIALES
POR INCENDIOS
En Traiguén, en tanto, la magistrada
del juzgado de esa ciudad, Silvia Molina, dictó a ambas policías
una orden amplia de investigar, acogiendo de esta forma a tramitación
la querella interpuesta por la Intendencia de la IX Región. Esta
percibe esclarecer el atentado que significó la destrucción
de una retroexcavadora, daños a dos camiones forestales y lesiones
a un periodista.
Ayer, el presidente de la Corte de
Apelaciones de Temuco, Julio César Grandón, rechazó
las críticas de autoridades de Gobierno y de Corma respecto de que
los jueces no serían diligentes en la tramitación de causas
relacionadas con mapuches y actos violentistas.
Precisó que muchas veces el
alcanzar resultados positivos depende de las gestiones que la policía
desarrolle en terreno y de la naturaleza de los delitos a investigar. Por
su parte, la Seremi de Justicia, Esmirna Vidal, enfatizó que no
es suficiente que los dirigentes mapuches condenen a los activistas y que
deben proporcionar los antecedentes a los tribunales cuando éstos
así lo demanden para detenerlos y castigarlos.
En fuentes de la Intendencia de la
IX Región y del Tribunal de Alzada de Temuco se informó que
no se considerará la posibilidad de nombrar un ministro en visita
para que investigue los incidentes del sábado último en Traiguén. |