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Viedma, 1 de septiembre de 2004.
La casa de un vecino es el aula de niños mapuches

Cuarenta alumnos concurren al lugar. Es la primaria 337. El establecimiento está en Trompul, próximo a San Martín. En ese sitio atienden la demanda educativa de la comunidad Cayún.



La casa de Esteban Manque se transformó en la escuela 337. Fuerte reclamo para construir un edificio propio.
NEUQUEN (AN).- Unos cuarenta chicos mapuches del paraje Trompul tienen como escuela la antigua vivienda de un vecino quien hace cinco años prestó la construcción como salida provisoria a la falta de un establecimiento educativo.

Desde entonces, con la matrícula escolar en ascenso la casa de Esteban Manque se transformó en el edificio de la escuela primaria 337, y no hay muchas posibilidades de que la situación mejore. Se trata de una acción solidaria condenada a la posteridad, pero a pesar de todo el lunes comenzaron con el dictado de clases, que finalizarán en mayo.

"En el año 2000 esta escuela figuraba como prioridad para el Consejo Provincial de Educación (CPE).

Desde entonces hasta ahora han venido funcionarios, técnicos, agrimensores, fotógrafos pero nosotros seguimos igual", afirmó Stella Maris Lamela, la directora del ¿establecimiento? ubicado en un muy frío paraje, enclavado al norte del lago Lácar y a 15 kilómetros de San Martín de los Andes.

La directora, que también es maestra de primero a cuarto grado, comentó que en 2003 la obra le fue transferida a Nación, para que sea incluida dentro de un plan qu sumaba a unas 700 escuelas de todo el país.

"Parece que hubo un problema con el llamado a licitación y al final no se hizo, a pesar de que salió publicado el llamado a concurso en los diarios nacionales", sostuvo Lamela en diálogo con "Río Negro".

Entre los visos insólitos de la situación hay que señalar que Esteban Manque en una apuesta por la educación de sus hijos y de sus vecinos se hace cargo del pago de la factura de electricidad, mientras que entre él y otros lugareños juntan la leña que aporta a las salamandras con que se calefacciona la casa.

"El año pasado, con la gente de la comunidad Cayún conseguimos que le reconozcan las boletas más grandes. Podríamos tener un zépelin pero no lo instalan porque no es una escuela sino una casa particular. Tampoco tenemos baños sino una letrina y ahora dos baños como los químicos pero conectados al mismo pozo", fue elocuente la directora de la escuela.
 

Cuatro habitaciones

A pesar de la visita del propio presidente del CPE, Roberto Cacault, a los fines prácticos el único dispuesto a ponerle el pecho a la situación es Esteban Manque, quien se preocupan en que la casa esté en buenas condiciones. Se trata de cuatro habitaciones pequeñas en las que se dividen los estudiantes. Esteban vive en una casa que está al fondo con su familia.

"Trabaja la madera con un socio y tiene algunos animales", contó la directora de la particular escuela.

Los vecinos de la comunidad mapuche Cayún creyeron ver una luz en el camino cuando Cacault asumió en el CPE.

Es que el funcionario es vecino de la zona y de hecho es el ex intendente de San Martín de los Andes.

En total, en la comunidad viven unas 40 familias y en la escuela estudian 39 niños.

La semana que viene, encabezados por el lonko Segundo Andrade, tienen previsto llegar a Neuquén.

La comunidad Cayún no las tiene todas consigo.

Los caminos son malos, en invierno quedan sepultados por la nieve y si los van a ver nadie les soluciona nada.
 


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