Los indígenas del sur mexicano recordaron el alzamiento armado de 1994, en una ceremonia a la que asistieron personalidades extranjeras, pero ninguna autoridad de los rebeldes.

Un grupo de indígenas zapatistas y delegados extranjeros durante las celebraciones en el estado de Chiapas.

Los festejos zapatistas, que se realizaron en los alrededor de 30 municipios autónomos que dirigen, transcurrió pacíficamente y en presencia de cientos de personas de diversas nacionalidades que viajaron a Chiapas.

En un alto de la música y bailes que rodearon la fiesta, un indígena leyó un comunicado de la comandancia general del EZLN en la que les piden a sus simpatizantes "que sigan llevando adelante nuestros trabajos sin rendirnos ni vendernos con el mal gobierno". "Sólo en resistencia y en rebeldía podemos ir construyendo nuestra autonomía como pueblos indígenas", subrayó el lector en Ocosingo, uno de los municipios autónomos zapatistas. En el acto participaron unas 2.000 personas, según los propios organizadores.

También la comandancia del EZLN saludó la presencia y solidaridad "de muchos hermanos y hermanas de la sociedad civil nacional e internacional, porque así hemos podido resistir y vivir durante 10 años en guerra".

La comandancia también calificó el levantamiento de 1994 como "la parte más importante de nuestra gran historia como pueblos indígenas". Explicó que fue en ese momento, en 1994, "cuando los pueblos indígenas zapatistas se levantaron en guerra contra el olvido, contra la discriminación, contra el saqueo de nuestras riquezas naturales, contra la explotación y opresión y contra toda clase de injusticia que desde hace más de 500 años hemos venido padeciendo los pueblos originarios de estas tierras".

El acto del primero de enero forma parte de los que realizan los zapatistas desde mediados de noviembre y que durarán hasta el 12 de enero próximo.

Al iniciar su sublevación armada el EZLN ocupó parcialmente los municipios de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Oxchuc y Las Margaritas. Tambien denunció que durante estos 10 años ha estado "en guerra" porque han sido "10 años de lucha y resistencia como pueblos indígenas".

Los zapatistas revindicaron su trabajo social afirmando que, pese a la oposición del gobierno, los "trabajos en salud, educación, comercialización y la formación de los municipios autónomos" ha "podido avanzar (...) gracias a la decisión y participación de los compañeros y compañeras de los pueblos y regiones, pero también en el apoyo y solidaridad de hermanos y hermanas del mundo".

La conmemoración subrayó el papel que ahora juegan "Las Juntas de Buen Gobierno", creadas en agosto pasado, y que sirven como coordinadoras de la acción política y económica de los alrededor de 30 municipios autónomos que gobiernan los zapatistas. Los municipios autónomos tienen escuelas, centros de atención de salud y economía propia, rechazando ayuda oficial
 

Análisis: Las dos caras del México actual
 

México recordó ayer los diez años de vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá y de la rebelión zapatista en Chiapas, dos hechos que marcaron su historia y reflejaron la contradicción de un país que aspiraba a rozar el primer mundo sin resolver sus problemas sociales.

Mientras el entonces mandatario mexicano, Carlos Salinas de Gortari, daba la bienvenida el 1 de enero de 1994 al TLCAN como un acercamiento del país al mundo desarrollado, decenas de indígenas encapuchados tomaron por asalto diversas localidades del empobrecido estado de Chiapas para declararle la guerra al ejército federal y al "estado opresor".

El gobierno del presidente Vicente Fox, en la mitad de sus seis años de mandato y enfrentando un sombrío panorama económico, alabó el acuerdo comercial, aunque sin efectuar actos oficiales de conmemoración, al tiempo que señaló que la asociación con Estados Unidos y Canadá permitió a México crear más empleos y volverse más competitivo en un mundo globalizado.

Canadá y Estados Unidos se han unido a México en la promoción del TLCAN como un preludio del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Según el representante comercial estadounidense, Robert Zoellick, el hecho que el intercambio entre los tres socios del TLCAN haya pasado en los últimos diez años de 306.000 millones de dólares a 621.000 millones de dólares demuestra las bondades de derribar las barreras arancelarias.

Pero los críticos del libre comercio afirman que el acuerdo ha sido nefasto para el país latinoamericano. Sostienen que México ha visto morir su industria nacional mientras se convierte en un mero vendedor de productos agrícolas y manufacturados procedentes del norte, muchos subsidiados y con mejor tecnología. "El libre comercio convertirá a México a los demás países latinoamericanos en una región más pobre, con ejércitos de desempleados y amarrada irremediablemente a los caprichos de la economía y la política arrogante de Estados Unidos y de las transnacionales, las verdaderas beneficiarias del TLC", dijo el académico mexicano Esteban Gutiérrez, un experto en comercio internacional.

La mitad de los 104 millones de mexicanos vive por debajo de la línea de pobreza, aunque Fox afirma que en los últimos tres años se ha combatido exitosamente a ese flagelo, debido a la apertura de su país, el que más acuerdos comerciales suscribió en América Latina.