Por
Roberto Fernández Ruiz
Con el acuerdo al que llegó Endesa
y los pehuenches con el aval del gobierno la semana pasada, el camino
para terminar la construcción de la central hidroeléctrica Ralco se
allanó, con lo que debiera comenzar a operar el próximo año, sin embargo,
eso no significa que los riesgos de desabastecimiento eléctrico en
el país estén descartados.
En opinión del subadministrador comercial
de la Compañía General de Electricidad (CGE, una de las principales
distribuidoras del país), Manuel Crisóstomo, la incertidumbre en el
sector sobre temas relevantes como la fijación tarifaria, la ley corta
que se tramita en el Parlamento y la unión de los sistemas interconectados
Central y del Norte Grande, mantienen congeladas las inversiones en
generación y transmisión, esta última área más urgente incluso que
construir nuevas centrales.
-¿Por qué es una buena noticia que
Ralco se construya?
-Es evidente. Ralco, con más de 500
megawatts, va a significar más o menos un impacto del 8 por ciento
en la oferta del Sistema Interconectado Central (SIC). Hoy, en términos
reales, la oferta y la demanda han estado igualadas, estaban teniendo
tendencias de acercamiento que históricamente el país no había tenido.
Siempre la oferta estaba muy por sobre, casi duplicaba a la demanda,
sin embargo, esa brecha se había acercado notoriamente en los últimos
cinco años, porque fundamentalmente no había en construcción centrales
de importancia.
-¿Entonces el problema está resuelto?
-No. Las empresas distribuidoras y
transmisoras ven con gran alivio que se haya destrabado mediante el
acuerdo que logró el Gobierno el proceso de construcción de Ralco,
porque va a ser un impacto real en el aspecto de la generación, sin
embargo, los que participamos en el sector eléctrico sabemos que el
problema no solamente es de generación, ya que también hoy hay verdaderos
cuellos de botella en el sistema de transporte de la energía eléctrica
desde los puntos de producción hasta los consumidores finales. Hay
proyectos emblemáticos en el país, como es la línea troncal que va
de Charrúa (provincia de Biobío) hacia Temuco, que tiene serios problemas
de capacidad en época de demanda máxima.
-¿Un proyecto que aún no se concreta?
-Que aún no se concreta, porque la
ley corta que prevé en uno de sus aspectos la regulación de los aspectos
comerciales y técnicos del transporte no se ha materializado. Cuando
no hay regulación clara, los actores involucrados y los llamados a
invertir en este tipo de proyectos se reservan para ver cuáles van
a ser las condiciones del juego.
Desabastecimiento /////////////////------------SUBTIT
-¿En los últimos años no se han concretado
proyectos de generación?
-Ha habido, pero proyectos menores.
Mi opinión es que la brecha entre la oferta y la demanda es bastante
menor y lamentablemente se nos viene a la memoria siempre la salida
intempestiva de Nehuenco hace algunos años o las paralizaciones obligadas
que deben tener las centrales térmicas para mantención, porque por
diseño del fabricante deben cada cierto número de horas detener en
forma obligada. En aquella época, dada la difícil situación que había
se postegaron las mantenciones, lo que por cierto no es normal y representa
algún grado de peligro, porque afecta la calidad y continuidad del
suministro, pudiendo poner en riesgo al sistema interconectado completo.
Sin embargo, tampoco es para alarmarse, a pesar de que el desabastecimiento
es un riesgo y es un hecho que puede ocurrir en cualquier momento.
Técnicamente no se puede descartar.
-¿Se debe aumentar la brecha entonces?
-Creo que el sistema todavía requiere
de más inversión, principalmente en transmisión, a partir de esta
noticia (Ralco). Es el paso que hay que dar para poder quedar un poco
más tranquilos. Yo diría que lo de Ralco alivia en parte el problema
del sector eléctrico, pero no lo resuelve completamente.
-¿Qué otros proyectos se suman a Ralco?
-Hay en la Comisión Nacional de Energía
(CNE) un plan de obras, que se llama plan indicativo de obras, que
establece para los próximos diez años cuáles son las centrales que
deberían entrar en servicio. En este plan son considerados como futura
oferta e inciden en la fijación de precios, la que va a regir del
2004 al 2008.
-¿Se ha cumplido ese plan?
-En lo concreto, en el proceso hay
fallas. De modo que el cumplimiento del plan indicativo de obras es
fundamental para que las proyecciones tarifarias que se hicieron de
acuerdo a ese plan se puedan cumplir. Lo que se ha dado es que ese
plan indicativo de obras ha tenido sucesivas modificaciones y no ha
logrado concretarse.
-¿Eso significa que va a afectar el
precio?
-Eso no lo puedo prever ahora. Yo no
sé cómo va a afectar políticamente la decisión de inversión de los
proyectos que vienen. Todavía hay temas pendientes en el ámbito de
la transmisión. Un generador necesita saber claramente cómo va a evacuar
su energía desde el punto de producción hasta los nudos. Si las reglas
de transmisión no están claras, desgraciadamente no va a ocurrir este
fenómeno de estar pendiente de la inversión en ese sector.
-¿Afectó a los precios el que en estos
años la oferta y la demanda se acercaran tanto?
-Hubo un periodo de cuatro años en
que el precio de nudo en términos reales descendió notablemente, del
orden del treinta y tanto por ciento, en los nudos Concepción-San
Vicente, pero a partir del año pasado, ya en la fijación de octubre
hubo un alza, después una segunda alza por indexación, ahora en abril
tuvimos una nueva alza y en octubre, lo que está pensando el mundo
eléctrico es que debería haber una cierta estabilidad relativa, es
decir, un punto más o un punto menos, pero va a haber una variación
menor. Hay hechos favorables como el descenso del dólar, como el buen
nivel que exhiben las cotas de agua en los embalses. Pero en el periodo
anterior a estas breves alzas, hubo una desmotivación evidente en
el mundo inversor en este negocio, porque venía un precio a la baja.
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