lunes
26 de mayo de 2003 |
Frente a costas de la Octava
Región
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Barcos chinos y rusos arrasan con el jurel |
- Esta nueva denuncia la hizo
el gerente de Asipes, Felipe Moncada, a su regreso de Perú,
donde el congreso de ese país ratificó el
Acuerdo de Las Galápagos, que regulará pesca
fuera de área económica exclusiva.
Cuatro barcos rusos se agregaron a las 10 naves chinas que,
desde hace tiempo, están pescando jurel frente a las
costas de la Octava Región, fuera de la Zona Económica
Exclusiva (ZEE).
Así lo denunció la Asociación de Industriales
Pesqueros (Asipes) a través de su gerente, Luis Felipe
Moncada, quien señaló que se calcula que la captura
anual de esta flotilla es de un 6 % a 7 % de la cuota global
anual que se pesca dentro de las 200 millas, en Chile, con fuertes
regulaciones para cuidar la sobrevivencia del recurso.
El ejecutivo pesquero proporcionó esta información
a su regreso de la reunión que delegaciones oficiales
integradas por representantes de los gobiernos y del Comité
Consultivo de empresas pesqueras, de los países de la
Comisión Permanente del Pacífico Sur (Cpps) sostuvieron
en Perú, ocasión en que el Congreso de ese país
ratificó el Acuerdo de Las Galápagos, que data
de enero de 2000. Es un importante paso para que pase a ser
Tratado Internacional, resaltó explicando que sólo
falta la ratificación por parte del Congreso de Colombia,
cuestión que se confía ocurrirá antes de
fin de año.
El futuro tratado permitirá buscar una forma de regulación
de la pesca en alta mar que actualmente se está realizando
sin regulaciones ni información a la FAO, por parte de
flotas de países de pesca distante que tienen grandes
cantidades de barcos ociosos o se quedaron sin caladeros en
Europa y Africa.
En Chile es donde más claramente opera flota que pesca
sin regulación frente a sus costas fuera de las 200 millas
pues los chinos y rusos capturan jurel, una especie que a diferencia
del atún, bonito, albacora, cetáceos y otros,
no está sujeto a ningún acuerdo internacional
de regulación pesquera. Galápagos, subrayó
Luis Felipe Moncada, llenará ese vacío.
El Acuerdo de Las Galápagos está proyectado para
que sea un compromiso regional de administración pesquera,
como lo establece la Convención del Mar (Convemar) que
reconoce la tuición de los países ribereños
sobre peces tranzonales (como es el jurel) y altamente migratorios,
en áreas adyacentes a la ZEE. Los países del Pacífico
Sur Oriental podrán establecer un acuerdo para regular
las capturas y llamar a los países de pesca distante,
que pescan, a formar parte del acuerdo y así se regulará
la pesca en alta mar.
Una vez que el Acuerdo sea Ley de la República de todos
los países de la Convemar, habrá fuerza jurídica
para establecer cuotas de pesca dentro y fuera de las 200 millas.
En caso de que los países de flotas distantes no quieran
formar parte del acuerdo, existen mecanismos del derecho internacional
que permitirían, por ejemplo, denunciar que se está
operando frente a las costas sin respeto por las normas de conservación
y eso puede llevarse a algunos Foros Internacionales y hay principio
jurídico que obliga a dar respuesta: “en el mundo diplomático
no se puede simplemente desconocer un Acuerdo como éste”,
dijo Moncada.
El fin es poner en consonancia las medidas de conservación
biológica establecidas por los países ribereños
con lo que ocurre fuera de las 200 millas para poder preservar
las especies en el tiempo. |
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