• Vecinos a torres de alta tensión temen efectos por ondas electromagnéticas que generarán las tres líneas que pasarán por sus poblados.

El proyecto de Endesa fue aprobado unánimemente ayer por los miembros de la Comisión Regional del Medioambiente (Corema), pese a los temores de los 36 habitantes de la localidad de Campanario -comuna de Yungay- y una villa en Charrúa que deberán convivir con una tercera línea de transmisión en las afueras de sus casas.

Su resquemor se basa en la posibilidad de que las ondas electromagnéticas generadas por este tipo de instalaciones genere cánceres, leucemias o algún tipo de malformaciones congénitas. ''Existe un gran número de estudios al respecto pero ninguno es concluyente sobre los efectos de exponerse a estas ondas'', dijo Cecilia Villavicencio, seremi de Salud e integrante de la Corema.

''Por ello, nuestra única recomendación es que se respete la distancia de las servidumbre -30 metros como radio a la torre de 37 metros-, pero estaremos atentos a los resultados de nuevas investigaciones sobre el caso'', añadió.

En sus 97 kilómetros de trazado, un 83% de ellos se realizará paralelo a las líneas ya existentes: Santa Bárbara-Trupán y Rucúe-Charrúa. La futura red transmisora cruzará 6 comunas y 31 localidades, de las que 21 se encuentran a más de 100 metros de su paso y ocho están entre los 25 y 100 metros de la faja de servidumbre. En Campanario y Charrúa, estan pasan por el medio del poblado.

En su estudio de impacto ambiental, la energética se comprometió a ampliar el área de coexistencia entre viviendas si surgen antecedentes y evidencias fundadas respecto a posibles riesgos para la salud de las personas.

La ejecución de las obras demandará una contratación de 67 personas como promedio. Cada una de las torres será de acero galvanizado y tendrá un peso superior a los 13 mil 500 kilos. Su función es transmitir -desde el sector El Piulo hasta Charrúa- los 3 mil 380 GWh que aportará anualmente la central de Ralco al Sistema Interconectado Central (SIC).