La guerra del agua dulce
Temuco desecha alrededor de 50 millones de litros de
aguas servidas al Cautín, cifra que sería impensable para
países que actualmente sufren de escasez de agua.
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Al agua dulce escasea en la tierra y ya a algunos
pensadores se cuestionan el hecho de que si existen guerras por el petróleo,
que hace funcionar máquinas, qué sucedería cuando
el recurso hídrico puro, necesario para la supervivencia de los
seres humanos, comience a desaparecer.
La posibilidad de reciclar es un camino y, aunque
nuestro país posee grandes reservas de agua, no existe una planificación
a largo plazo que considere represas o formas de almacenamiento.
En el mundo, del 100% del agua que existe, un 97.5%
de ella es salada y sólo un 2.5% es agua dulce. De este último
porcentaje el 70% está bloqueada, es decir, está retenida
en casquetes polares o en hielos eternos; un 29.6% está almacenada
y sólo un 0.4% está disponible para el consumo humano del
planeta.
Pero las cifras, según el Laboratorio de
Riles (Residuos Industriales Líquidos) de la Universidad de La Frontera,
Ufro, son más decidoras aún, el 65% de ese 0.4% es usado
para fines agrícolas; el 27% para uso industrial y sólo el
8% es para uso doméstico.
En Temuco, cada habitante usa, en promedio, 200
litros de agua al día, es decir, la capital regional desecha en
el río Cautín alrededor de 50 millones de litros de agua
diariamente, eso, sin considerar los desechos vía alcantarillado
de las empresas que no cuentan con planta de tratamiento de aguas de uso
industrial.
RILES
Cristina Diez, académica del Departamento
de Ingeniería Química de la Ufro, doctora químico
laboratorista y encargada del laboratorio de Riles del Instituto de Agroindustria
de esta casa de estudios, informó que en La Araucanía existen
seis plantas de tratamiento de Riles autorizadas.
Una de ellas es el matadero de Nueva Imperial,
que después de tratar sus desechos los elimina a través del
alcantarillado; Coca-Cola, que posee una planta para desechos líquidos
químicos y otra para tratar aguas servidas domiciliaras, y la faenadora
de Nueva Imperial, también trata sus aguas para llevarlas hasta
el alcantarillado. Estas empresas que evacuan al alcantarillado se rigen
bajo el Decreto Supremo 609.
"En el caso de la Coca-Cola tienen tecnología
de avanzada, donde incluso agregan oxígeno puro al sistema de tratamiento",
dijo Diez, quien agregó que una curtiembre de Angol, que trata sus
aguas, evacua sus Riles al Río; la Celulosa Mininco, hace lo mismo
lanzando sus aguas tratadas al río Bío-Bío y la CCU,
en Angol, lo hace al estero La Laucha, previo tratamiento de Riles que
se rige bajo el Decreto Supremo 90, cumpliendo así la normativa
vigente.
"Si analizamos el río Cautín en Temuco,
éste cuerpo de agua no tendría un gran efecto por causa de
desechos industriales, porque hay pocas empresas en la zona y, de esas
pocas, algunas están con sistema de tratamiento con alta eficiencia.
Pero hay una cantidad enorme de otras contaminaciones que constituyen lo
que se llama contaminación difusa, que no está asociada a
una cosa en particular".
"Allí podemos reconocer la aplicación
de fertilizantes, que puede afectar enormemente a los cuerpos de agua (la
lluvia hace que escurra tierra fertilizada a ríos y lagos) y no
sólo a ellos, sino que traspasan napas subterráneas", dijo
la doctora, quien agregó que no existen análisis de medición
sobre contaminación de aguas subterráneas.
La académica expuso que La Araucanía
es una de las regiones más atrasadas en tema de tratamiento de aguas.
Mientras la I Región, con 409 mil 24 habitantes, cuenta con una
cobertura de tratamiento de un 96.4%; la III, con 241 mil 250 habitantes,
con un 72.5%; la VII, con 618 mil 727 habitantes, con un 24%; La Araucanía,
con 581 mil 244 habitantes, cuenta con sólo un 12.5% de cobertura
y sólo hasta el 2010 se proyecta un 97.2% de cobertura de tratamiento
para la zona.
DILUCION
Respecto a la postura de algunos, que plantean
que las aguas servidas de Temuco se diluyen a los pocos kilómetros
de andar del Cautín, Diez dijo que a corto plazo el problema no
presentará gravedad. "Sin embargo, si pensamos que cada vez hay
mayor requerimiento de agua y que además la población aumenta,
tenemos que pensar que en 10 ó 15 años más el agua
puede estar tan contaminada que no la vamos a poder usar. Hay que tener
sistemas de tratamiento para proteger el recurso, que es escaso".
Frente al hecho de que en Chile el agua es usada
una sola vez para proceder a botarla, Diez expuso que en otros países
el reciclaje es mayor. "Además acá se lavan los autos con
agua potable, se riegan jardines con agua potable, etcétera. A corto
plazo vamos a tener que buscar mecanismos para ahorrar agua".
Agregó que además no existen en Chile
formas de almacenar el recurso hídrico; es decir, el agua se evapora
del mar, después llueve y se escurre hasta el Pacífico. "Chile,
por su geografía pierde la posibilidad de almacenamiento. La parte
más angosta de Chile son 40 kilómetros y la más ancha
es de 400 kilómetros, por ende, el paso del agua dulce por nuestra
tierra, es corto. Acá llueve todo el invierno, se arrastra, llega
hasta el mar y se pierde".
EN OTROS PAISES
Sin duda Chile y preferentemente el sur del país
está bendito al poseer agua dulce de sobra y de no sufrir la preocupación
de reciclaje hídrico, situación que no ocurre en varios países
y que probablemente será un tema a discutir en términos geopolíticos
a corto plazo.
Entre la demanda creciente de agua dulce por una
parte y los suministros de agua limitados y cada vez más contaminados
por otra, muchos países en desarrollo enfrentan decisiones difíciles.
El número de habitantes continúa aumentando, rápidamente,
pero la tierra no tiene ahora más agua que 2 mil años atrás,
cuando estaba habitada por menos del 3% de la población actual.
La demanda creciente de agua para la agricultura de regadío, el
consumo doméstico (municipal) y la industria está imponiendo
una dura competencia por la adjudicación de escasos recursos hídricos
a las diversas zonas y tipos de uso.
Según cifras entregadas en el informe del
académico estadounidense, Bryant Robey, "Soluciones para un mundo
con escasez de agua", publicado en Population Reports, actualmente 31 países,
habitados por menos del 8% de la población mundial, están
enfrentando déficit crónicos de agua dulce. Pero para el
año 2025 se prevé que 48 países enfrentarán
estos déficit, que afectarán a más de 2 mil 800 millones
de habitantes, es decir, el 35% de la población mundial proyectada.
Entre los países que probablemente se verán
afectados por la escasez de agua en los próximos 25 años
están Etiopía, India, Kenya, Nigeria y Perú. Partes
de otros países grandes, como China, ya encaran problemas hídricos
crónicos.
En gran parte del mundo el agua contaminada, la
evacuación inadecuada de desechos y la deficiente ordenación
de las aguas causan serios problemas de salud pública.
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