El "supermercado" de la basura
Los hombres del vertedero luchan por subir al montículo
de desperdicios que deja el camión municipal, para luego comenzar
a seleccionar qué cosas llevarse.
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Bajo un intenso sol que golpeaba fuerte sobre nuestras
cabezas ingresamos al vertedero Boyeco, ubicado en la ruta que conduce
a la localidad de Chol Chol, para ver de cerca cómo decenas de ancianos,
mujeres y niños, deambulaban entre toneladas de basura buscando
alimentos o artículos para vender, emulando a las aves de rapiña
que habitan en el sector.
Conforme avanzamos hacia el lugar donde cada día
llegan cerca de 40 camiones para verter los desechos que salen de los hogares
temuquenses, el hedor a basura se tornaba insoportable, al igual que el
ruido de cientos de pájaros carroñeros que permanecían
al acecho.
En nuestra investigación periodística
logramos presenciar cómo los pequeños y sus familiares caminaban
entre las sobras recolectando cartones, botellas y latas de bebida, que
luego venden en diversos puntos de la ciudad.
Pero quienes llegan hasta el patio trasero de la
capital regional, también buscan artículos fáciles
de comercializar como zapatos, prendas de ropa, electrodomésticos
u otras especies. Estas personas pueden estar horas hurgueteando en el
basurero, como si todo fuera normal, como si aquel lugar fuera un gran
supermercado y ellos una familia haciendo el pedido del mes.
El motor Diesel de una mole de acero que repentinamente
ingresó al recinto espantó a decenas de jotes negros que
buscaron refugio en otro sector. Era uno de los camiones de la Municipalidad
de Temuco que llegaba para depositar su cargamento. Junto a los perros
vagos y los pájaros, los niños corrían tras la máquina,
como si en su interior se escondiera el tesoro más preciado.
El conductor del pesado vehículo apretó
un botón para abrir la caja hidráulica compactadora del móvil
y lentamente comenzaron a caer kilos y kilos de desperdicios. Los ancianos,
niños, mujeres y jóvenes se apuraban para llegar hasta el
montículo y allí nuevamente comenzar la batalla por conseguir
lo mejor de las sobras.
INESCRUPULOSOS
El hecho que ha causado preocupación en
el sector Pedro de Valdivia, es que desde hace unos meses grupos de jóvenes
se trasladan hasta el vertedero, especialmente en busca de las sobras que
botan los supermercados de la capital regional.
Estas bandas organizadas ingresan por predios aledaños
al relleno sanitario, vulnerando los precarios sistemas de seguridad que
tiene el recinto, para luego recorrer el basurero en busca de vienesas,
yogures, licores, y carne, que llegan en grandes cantidades porque han
cumplido su fecha de vencimiento o le quedan pocas horas.
Antecedentes obtenidos por este Diario, indican
que inescrupulosos trasladan estos "alimentos" hasta los sectores más
modestos para revenderlos, convirtiéndose en verdaderos mercenarios
de la basura.
El informe "Propuesta para un mejoramiento en el
manejo de residuos sólidos urbanos en la región de La Araucanía",
elaborado por Eduardo Tosti-Croce, biólogo y profesor de la Universidad
de La Frontera e integrante del Consejo Consultivo de la Comisión
Regional del Medio Ambiente, sostiene que los encargados del vertedero
o relleno sanitario deben impedir el ingreso de personas al interior de
estos recintos, como una forma de prevenir problemas de salud pública.
Las personas autorizadas para trabajar en estos
sitios deben contar con diversas medidas de seguridad como mascarillas,
zapatos de seguridad y trajes especiales, lo que en este caso no ocurre.
La torre que permite ver la totalidad del vertedero
y que debería ser ocupada por un guardia, ayer se encontraba desocupada.
Nadie controla quién ingresa o sale del recinto, cuyo precario cerco
de alambres estaba en el suelo.
Hace unos meses el mundo se impactó por
unas imágenes que mostraban a niños argentinos que se alimentaban
de basura, esto ocurre en Temuco, una ciudad sureña que crece vertiginosamente,
pero que aún tiene mucho que resolver del punto de vista medioambiental.
.Por Roberto Neira T.
Fotos: Oscar Ravanal.
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