Jueves 6 de septiembre de 2007
Una noche de luna llena, alrededor de la fogata, me contaron que al principio de los tiempos, el sol (antü) y la luna (kuyen) estaban juntos como marido y mujer.
Un día, ambos discutieron y el sol se marchó dejando sola y abandonada a la luna en medio de la oscuridad.
La luna, al verse abandonada, lloró lágrimas tan ardientes que cayeron a la tierra convirtiéndose en plata. El sol, arrepentido de su maldad, quiso que ella volviera a su lado, pero ahora, la luna prefirió la compañía de las estrellas.
El sol, al comprender que había obrado mal, lloró lágrimas que cayeron a la tierra y se convirtieron en oro.
LA PLATA
La plata fue encontrada por los hombres de la tierra (mapuche) que la dieron a sus mujeres en señal de amor y para que se vieran bellas. Por eso es que la plata espanta las fuerzas negativas.
EL ORO
En cambio, cuando el hombre encontró el oro, este fue codiciado por el invasor Inca y luego por el español, provocando la esclavitud y el sufrimiento de los hombres. Así fue el origen de la plata y del oro, donde la plata es más antigua por haber sido creada primero. Así me lo contaron y así lo cuento yo.