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2011-04-23 | Documentos de Trabajo | MapucheLa "Campaña del Desierto" genocidio de los mapuchesLas deudas del estado argentino con los pueblos originariosUn estudio realizado por los investigadores Diana Lenton y Walter Del RÃo confirma que existió en Puelmapu el objetivo de exterminar al pueblo mapuche en tiempos de la denominada "Campaña del Desierto". Analizando la Carta contra el Genocidio de la ONU y diversos registros históricos, los autores documentan el exterminio de poblaciones civiles, la separación de familias para ser usados como esclavos, campos de concentración y arbitrariedad y corrupción con las tierras.
Ambos investigadores participan actualmente en la âRed de estudios sobre genocidio de la polÃtica indÃgena en Argentinaâ, que reúne e intercambia información entre grupos de investigadores de Buenos Aires, cinco o seis organizaciones de militancia indÃgena y otras académicas, como la del Comahue, la de la UBA, pero está planteándose todavÃa cómo se articula. Hay una articulación nacional con la población indÃgena. Documentos espantosos, no fueron excesos, sino un proyecto nacional. Cuando se les consulta el porqué hablar de genocidio en esa época, Del RÃo es enfático en señalar que âprimero y principal es hablar y pensar en términos históricos que hoy estaban cerrados. La definición de genocidio permite ver los hechos de un paÃs que se construye sojuzgando a los que entiende como diferentes y cómo se maneja esa diferencia, eliminándola y construyendo una historia nacional de la cual algunos quedan excluidos. Reivindicar la Campaña del Desierto sólo como una epopeya militar y en términos de progreso y conformación del Estado cierra y deja en el olvido muchos temas. Hablar de genocidio genera tanto ruido que es positivo, porque habla y se piensa en la historia de otra manera". A continuación, una entrevista con los autores. ¿Cuál es su enfoque de estudio sobre la Campaña del Desierto? âWalter del RÃo: Trabajamos como una red que nuclea a gente que trabaja desde distintos sectores en la memoria y documentación sobre determinados hechos históricos ignorados de la Campaña del Desierto y posteriores, sobre el genocidio indÃgena, incorporando documentación que no era tenida en cuenta para describir hechos además de la memoria oral, de las personas que vivieron los hechos que se transmitieron por generaciones⦠â¿Qué documentaciones se omitieron? âW.D.R.: Si uno va a los archivos históricos documentales, hay poco pero hay documentación, mucha de ella consultada a veces por gente que dice que no hubo genocidio y sin embargo los datos están ahÃ. âDiana Lenton: Por ejemplo, trabajamos con copias de publicaciones que hizo el diario âLa Naciónâ, cartas editoriales, es decir la palabra de Mitre. En un artÃculo de ese diario el 16 y 17 de noviembre de 1878 denuncia la actuación de Rudecindo Roca (hermano de Julio) en San Luis con una matanza de 60 indÃgenas desarmados y lo califica de âcrimen de lesa humanidadâ en medio de las campañas. Están los partes militares, que tampoco han sido estudiados a fondo y dicen cosas terribles. De allà sale el secuestro de chicos, la matanza de prisioneros, la violación sistemática como arma de guerra. La prostitución forzada como botÃn de guerra de los soldados era algo fomentado desde los mandos. â¿Es aplicable en la Campaña del Desierto la noción de genocidio, más allá de reconocerse desigualdad militar y matanzas terribles? Algunos historiadores dicen que es una categorÃa posterior y no aplicable. âD.L.: Seguimos el modelo de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de Naciones Unidas, de 1948, que se aplica al genocidio nazi que fue anterior. La carta también se aplica al genocidio armenio de 1915⦠se puede aplicar retroactivamente. No evaluamos los resultados, porque algunos dicen que se no se exterminó a toda la población indÃgena, pero el genocidio nazi también fracasó en exterminar a todos lo judÃos y no por eso es menos genocidio. Porque la definición se da por el proyecto, no por resultados, la intencionalidad de acabar con un pueblo. Hay un proyecto genocida. â¿En dónde se enuncia, en dónde se especifica algo similar a la âsolución finalâ de los nazis? ¿Hay algún discurso, algún documento? âD.L.: Por empezar en el discurso polÃtico, en el Legislativo de la época en donde se habla directamente de âexterminar a los indios salvajes y bárbaros de Pampa y Patagoniaâ; y con las prácticas que se producen, pequeñas algunas, pero que se suman. El art. 11 de la carta de ONU te habla de genocidio primero como âacciones de un Estado contra sociedad civilâ y esto se cumple, porque las mayores acciones militares no eran entre grupos de soldados o guerreros de dos bandos, sino que en muchos casos el Ejército atacó a sabiendas tolderÃas vacÃas de hombres adultos porque estaban en otras partidas, con mujeres y chicos solos. Eso lo cuenta el propio general Conrado Villegas. En la memoria del Ministerio de Guerra y Marina de 1881 dice âsabemos que el indio es como el tero, que en un lugar grita y en otro tiene el nido. Nosotros sabÃamos que los indios de tal cacique estaban apostados en tal lugar entonces fuimos a la tolderÃa e hicimos tanto de botÃn, de mujeres y âchusmaââ ( lenguaje que designaba a mujeres y niños). Parece que los objetivos no estaban en los guerreros indÃgenas sino en la población civil. La otra parte de la definición de genocidio habla de âactos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo étnico, racial o religiosos como talâ. Y la forma sistemática en que fueron atacando después de finalizada la campaña y la resistencia indÃgena, con partidas de policÃa contra la familias que habÃan quedado, lo ratifican. Los partes de Villegas mencionan casos de âpersecuciones de a pieâ. ¿A qué clase de población guerrera persigue un soldado a pie? A heridos, viejos, chicos, etc. Otra parte de la definición de ONU habla de âmatanza de miembros de grupo, lesión grave a la integridad fÃsica y mentalâ. Gran parte del exterminio no se dio en campos de batalla sino con prácticas de tomarlos prisioneros, haciendo traslados a pie hasta Carmen de Patagones, en donde los embarcaban a MartÃn GarcÃa. Ese cruce por la Patagonia a pie exterminó a miles de personas, porque mataban a los que no caminaban, mujeres que tenÃan a sus hijos en el campo, iban todos encadenados, etc. HabÃa más muertes por esos traslados que en las batallas. Otra parte es âsometimiento intencional del grupo, condiciones de existencia que hallan de acarrear destrucción fÃsica total o parcialâ. Allà está el tema de los campos de concentración. â¿Campos de concentración en 1879? âW.D.R.: SÃ. En Valcheta, por ejemplo, se registran campos de concentración con alambres de púas de tres metros de alto, con gente muriendo de hambre por no tener qué comer. Eso se lee en las memorias de los viajeros galeses, por ejemplo. Esas mismas memorias de los viajeros que se usan por los historiadores oficiales para hablar de lo lindo que fue la inmigración, pero en algunas páginas del libro âJohn Evans, el Molineroâ, se habla de esto y nadie le presta atención. âD.L.: Después de la campaña y la derrota indÃgena entra en acción la âpolicÃa de fronteraâ, que detecta a una familia indÃgena y la deporta a otro sitio del territorio. Por MartÃn GarcÃa, que funcionó como gigantesco campo de concentración, pasaron miles. Se habla de entre 10 y 20.000. Tuvieron que habilitar dos cementerios especiales en 1879, lo que da una idea de la magnitud de lo que pasó. â¿Qué otras polÃticas se toman? âD.L.: Otra parte de la definición de ONU es âmedidas destinadas a impedir nacimientos en el grupoâ. De los partes militares mismos salen las medidas de separar a las mujeres de los varones, el traslado por fuerza de niños de un grupo a otro⦠Les cambiaban el nombre de tal manera que muchos saben que tienen ascendencia indÃgena pero no pueden reconstruir su historia familiar porque a su antepasado le pusieron Juan Pérez. âSe centran las crÃticas en el general Julio A. Roca, pero las campañas contra los aborÃgenes comenzaron antes, ya con Rivadavia contra los Ranqueles, Juan Manuel de Rosas en La Pampa⦠âEs verdad. Se sabe que desde el gobierno de MartÃn RodrÃguez en provincia de Buenos Aires, incluso antes de Rivadavia, década de 1820, se hablaba de exterminio. El ya decÃa âprimero exterminaremos a los nómades y luego a los sedentariosâ, textual. El proyecto genocida viene de antes de Roca, pero lo que consigue Roca es el consenso nacional de todos los sectores para hacer la Campaña del Desierto. En ese momento se juzgó indispensable. Se consolida el Estado nacional con la derrota de caudillos provinciales, se pacifica el paÃs y se piensa en extender la frontera al Sur y al Norte. Probablemente si la hubieran hecho 20 años antes hubiera sido más o menos lo mismo. Nos centramos en Roca porque precisamente es el sÃmbolo de la historia oficial, el prócer con el que las clases dominantes se exaltan a sà mismas y es por eso que les molesta tanto que se toque a este prócer. También estaba Avellaneda, pero pocos se acuerdan de él. Roca es el sÃmbolo, el que construyó una nación con estos parámetros. â¿En esa época los polÃticos estaban en condiciones intelectuales de entender la idea de genocidio, con el darwinismo, el positivismo, la idea generalizada de llevar âla civilizaciónâ a todo el territorio, de ver a los pueblos originarios como obstáculo a esta civilización? ¿HabÃa intelectuales y polÃticos que se opusieron? âD.L.: Bueno esa expresión es la ideologÃa hegemónica de la época, está bien conocerlo como contexto. Pero toda idea hegemónica tiene opositores, incluso dentro de la propia elite, que cuestionaba esta polÃtica de exterminio. En la época ya se planteaba polÃticas más integracionistas, de colonización pacÃfica. Antes de la Campaña del Desierto habÃa una coexistencia conflictiva, el gran problema de la frontera en donde se mataban unos a otros, pero también casos de comercio y convivencia pacÃfica, que luego fueron negados o minimizados. Aristóbulo del Valle en 1884, cuando la campaña ya habÃa llegado al RÃo Negro (1879) pero se estaba desarrollando la campaña del Nahuel Huapi, se opone duramente a un intento de Roca por hacer una campaña similar en el Chaco. Allà denuncia: âAl hombre lo hemos esclavizado, a la mujer la hemos prostituido, al niño lo hemos arrancado del seno de la madre. En una palabra, hemos desconocido y violado las acciones que gobiernan las acciones morales del hombreâ. Otros polÃticos que habÃan apoyado la campaña en la Patagonia se oponen a la del Chaco, porque esto habÃa sido una barbaridad. Le costó un esfuerzo con campaña ideológica y otros medios como el reparto de tierras para acallar las crÃticas y la oposición. Aristóbulo del Valle representaba a los ganaderos y querÃa que se expandiera la frontera, pero cuestiona el método. â¿La Iglesia? âD.L.: La Iglesia era un gran aliado del gobierno, pero congregaciones como los salesianos tuvieron grandes conflictos con el sector militar, porque los salesianos querÃan convertirlos y formar colonias agrÃcolas, pero se opusieron al traslado masivo de poblaciones. El Ejército separaba a las familias y llevaba a los varones esclavizados a la zafra en el norte tucumano y a las mujeres y niños al servicio doméstico en las ciudades. Eso para la Iglesia era intolerable por su defensa de la familia. â¿Y desde las regiones? âD.L.: También. Olascoaga, por ejemplo asesoraba a Roca en temas militares. Pero cuando fue designado gobernador del Territorio de Neuquén, tenÃa la idea de retener a la población indÃgena en el territorio, porque les reconocÃa un gran potencial productivo y de ocupación del espacio. Consideraba que los mapuches agricultores eran muy trabajadores y que no era necesario llevarlos a todos a MartÃn GarcÃa y darle la tierra a los ingleses. Pero esa parte a Olascoaga no se lo escucha, se rechaza su proyecto de colonias indÃgenas, Roca prefiere hacer otras. TenÃan otras posibilidades, no se hizo porque no se quiso. âSiempre se debatió el tema humanitario, las atrocidades, etc. Pero ustedes agregan otro: ¿hubo corrupción en la Campaña del Desierto? âD.L.: Negociados, claro que sÃ. Por ejemplo, habÃa un empresario que era Ernesto Tornquist. Era el encargado de las provisiones y hubo cantidad de negociados. El mismo transporta los indios prisioneros como esclavos a la zafra tucumana porque él mismo era accionista de ingenios y recibÃa mano de obra gratis. Los ranqueles fueron mano de obra gratis por años como resultado de la campaña en La Pampa y él se encargó de ese reparto. La mayorÃa de los ministros de EconomÃa de Roca tenÃan relación con las empresas de Tornquist. âW.D.R.: El comandante Prado, que participó de la campaña y la apoyó, denuncia en sus memorias que los soldados vivÃan muertos de hambre, con sumarios a soldados por comerse velas de sebo de los entierros. En los debates en el Congreso se denuncia que un soldado argentino de la época costaba hasta 5 veces más que un soldado alemán equipado en Alemania, pero se morÃa de hambre. Es decir, fondos que nunca llegaron a destino. â¿Y con el reparto de tierras? âW.D.R.: Se concesionaban enormes extensiones para colonización por poco dinero, luego se levantaba la obligación de colonizar y pasaban a latifundistas que en meses formaban compañÃas comerciales entre concesionarios vecinos, algo prohibido por ley. Ese caso es por ejemplo el de la CompañÃa de Tierras del Sur Argentino, hoy adquirida por Benetton. Meses después de nueve concesiones distintas para ser parceladas para colonias, terminaron formando una sola compañÃa de capitales británicos sobre más de 600.000 hectáreas. Todos en contra de la ley de la misma época. Está todo en la escribanÃa de la Nación. Se encontraron mecanismos para burlar todos los controles legales. âD.L.: La guerra se hizo con el pretexto de proteger los âpioneros en las fronterasâ, pero ellos no entraron en el reparto. No se consideró a los sufridos antiguos pobladores fronterizos ni a los indÃgenas que quedaban, lo que se hizo fue crear un espacio vacÃo para grandes propietarios, estancieros bonaerenses o capitales ingleses. âAlgunos señalan que el destino de los pueblos originarios estaba sellado desde que el capitalismo descubrió la riqueza de estas tierras. Al mismo tiempo que Roca, el Ejército chileno avanzaba sobre los territorios mapuches del sur del Biobio y habÃa interés de británicos por ocupar estas zonas. Es decir, si no eran Roca y el Estado argentino, iba a ser un extranjero con métodos similares o peores⦠âD.L.: Esa postura no vale como argumento, porque es cierto que hay un gran Ãmpetu en esa época en esa dirección y también que si no era Roca era otro, pero eso no justifica lo que se hizo. Hay que tener cuidado con eso de las ideas de contexto. Porque dentro de 100 años quienes nos estudien dirán que en nuestra época se consideraba normal y era la idea dominante que los jubilados murieran de hambre y entonces todos estábamos de acuerdo, lo que primero no es cierto y en ningún caso justifica que se esté haciendo. Coincido con Osvaldo Bayer en la necesidad de una evaluación ética de la Historia. No tenemos por qué evaluar las acciones de Julio A. Roca con la ideologÃa de Roca y tratar de rescatar otras ■ Por Leonardo Herrero Comunicadores de Pueblos Originarios Fuente: http://www.izquierda.info/modules.php?name=News&file=article&sid=10663 Fuente: Foro Escandinavo por los Derechos de los Pueblos Indígenas |
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