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![]() 2011-09-23 | Cultura | MapucheCésar Cabello, poeta mapuche:“Soy como un delincuente ilustrado”César Cabello, que es Mapuche, que es poeta, que nació en Santiago en 1976, que ha publicado Las edades del laberinto y Epew-Fábula, ganó el Premio a Mejores Obras Literarias de Autores Nacionales en la CategorÃa Obras Inéditas 2010 del Fondo del Libro con Industrias Chile S.A. un libro que dice que la poesÃa chilena es como un cacharro viejo porque todo se parece a Lihn, a Parra, a poetas más grandes. Y su historia, como las historias mapuches, no está libre de violencia y evasión.
-¿Qué pasó? -Tomé pastillas. Tomaba de todo. Tengo la mitad de la cara insensible. De hecho un médico se da cuenta altiro porque hablo por aquÃ, por este puro lado. TenÃa 19. Me tomé cuarenta pastillas. -¿QuerÃas matarte? ¿Qué querÃas? -No sé. Se me pasó la mano no más. Siempre tomaba cuatro, ochoÂ… La gracia que tenÃa es que te recorrÃa electricidad en el cuerpo. Eso era gracioso. Y no tenÃai hambre, no tenÃai sueño, no tenÃai nada. Eran las pastillas que tomaba Maradona para el mundial cuando lo cacharon. Esos dÃas César Cabello -mapuche- estudiaba historia, en Temuco, cuando quedó inconsciente por las pastillas, estuvo en el hospital dos meses, tuvo que aprender a caminar de nuevo, entró a estudiar periodismo y se convirtió en poeta. Pero eso -lo de poeta- en realidad fue antes, cuando vivÃa en la población Santa Olga, Santiago, y aprendió un consejo: -Hay algo que uno tiene que hacer cuando está dentro de la delincuencia: no juntarse con pares. TenÃs que trabajar, no más, con ellos. Si te juntai con pares te vai preso. Y a escribir para evadir: -Era la misma población en la que filmaron Caluga o Menta. Lo sentÃa como un infierno. Eran muertes, gente disparando, la tÃpica abuela asà como acostada en una cama con la pasta base mientras veÃa la teleserie. La violencia fue importante. Ser mapuche y vivir en la población es ser doblemente marginado, y yo no estudié en los colegios de la población. TenÃa cierta cabeza. Estudié en el Barros Borgoño. -¿Cómo era estar en un colegio de hombres? -Brutal, violencia todo el dÃa, puro pegarse. -¿Y eso te gustaba o te agotaba? -Yo me adapto a todo. Si nacà en una casa donde el techo era de plumavit. ¿SabÃs lo que es eso? De repente caÃan los gatos. CaÃan los gatos que andaban por el techo porque rompÃan la plancha de plumavit. Asà nacà yo, asà vivÃa y eso es lo que soy. O bueno, ya no soy eso. -¿Qué eres ahora? -Soy como un delincuente ilustrado. Yo creo que eso. Después de vivir en Santiago, César se fue al sur. Y fue peor. -Me fui con la familia porque era caótico vivir ahÃ. Mis abuelos son de Temuco. El sur es como un erial, hueón. No hay nada. Es todo parecido a. Como que nada es de ellos. Todo es parecido a Santiago, todo es parecido a Nueva york. El sur es como una modernidad trucha. QuerÃs tener un teatro municipal, querÃs tener un gimnasio olÃmpico que nadie usa porque no hay deporte olÃmpico, las compañÃas de teatro valen callampa, querÃs tener auditorio para la poesÃa y los poetas que hay son como las hueas. Después de vivir en Temuco, hizo el proceso inverso: se fue de la ciudad al campo. Y también fue peor. -El tema del alcoholismo de la gente, la soledad. Hay un sitio donde construyó la casa mi mamá. El vecino, el tipo que vendió los sitios, dejó a su hijo loco botado. Vendió todo el terreno y lo dejó botado ahÃ, vagando por los terrenos y se pasea como un ánima. Estai aislado. No sé. Con las lluvias crece el rÃo y quedai aislado, sin comida, sin nada. Yo, mis dos libros los he escrito en el sur en la casa de mi mamá, porque estar aislado te entrega siempre distancia. Aquà camino dos cuadras y me compro un libro de Mishima o, no sé, de Kundera, cachai. -¿Nunca estudiaste literatura después? -No. Bueno, lo autorizado en literatura es el hueón que estudió. -Pero también hay un prejuicio con el que estudió… -Nooo. -Está esa idea de que estudiar te frena un pocoÂ… -La parte creativa. -Dices en tu libro, Industrias Chile S.A, que la poesÃa chilena es como un cacharro viejo. -Es que es todo parecido a Lihn, todo parecido a Parra, son todos remedos de poesÃas más fuertes. No hay una poética fuerte, ahora, salvo la de Raúl (Zurita). Ni Tomás Harris, ni la Elvira Hernández han creado clones y, la gente que lo ha hecho, lo ha hecho mediante talleres como Javier Bello y Germán Carrasco. Esa poesÃa no tendrÃa cómo tener influencia porque no circula. ¿Dónde encontrai los libros de Javier Bello si no erÃs amigo de él? ¿Dónde los encontrai? -¿Qué piensas cuando te meten en la vanguardia de la poesÃa mapuche? -¿Quién me mete en la vanguardia de la poesÃa mapuche? Yo no sé qué es la poesÃa mapuche y voy a saber qué es la vanguardia. -¿No existe? -Existe la poesÃa mapuche lo que pasa es que hay un modelo de textualidad que a mà no me gusta: que el poeta mapuche tiene que usar palabras en mapudungún mezclando el castellano. La palabra pehuén a veces no calza por sonido pero el poeta mapuche nunca se pregunta por el sonido, ni por la palabra, ni por la poesÃa. Como que le basta testificar y dejar constancia de su identidad y eso es todo, cachai. En el fondo esta cuestión se trata del lenguaje, de escribir en castellano. Los poetas que más destacan en la poesÃa mapudungun son los que se hacen cargo del lenguaje, de alguna forma (Jaime) HuenúnÂ… -Pero tú tampoco te sientes cómodo con el estilo HuenúnÂ… -SÃ. Es que la visión de Huenún es una visión dañina para la poesÃa. O sea no para la poesÃa, sino para el mapuche porque es una visión que tiende a homogeneizar todo, que no respeta identidades culturales. El mundo que el plantea es el paisaje mapuche. Pero él paisaje mapuche-huilliche. Nosotros no pescamos, yo no tengo que pescar para ser Mapuche, no tengo que pescar ni salir a mariscar. Sus dioses no son los mÃos. -¿Y de Chihuailaf, qué piensas? -Yo trabajé con esos dos, ah. Con Huenún y Chihuailaf. Chihuailaf es como el Stephen King de la poesÃa mapuche: es todo mágico. Todo tiene una explicación mágica. Además defiende una idea de la oralitura que es falsa. O sea ni siquiera es falsa porque toda poesÃa viene de la oralidad, cachai. Es una hueá ridÃcula. Pero no deja de ser buena su poesÃa, no deja de conmover. Y sin Chihuailaf no existirÃa Huenún, no existirÃamos nosotros, no existirÃa David Añiñir. Porque Chihuailaf fue el primero que habló del traspaso del campo a la ciudad de los mapuche. -En una entrevista dijiste que escribÃas para ti mismo. ¿Eso no molesta al resto de los poetas mapuche? -Es que no creo que los poetas mapuche escriban para la comunidad. -¿No? -Noo. Eso está en el plano discursivo porque ser mapuche también es trabajar de ser mapuche. -¿Venderlas de? -Si po. Si Huenún no trabaja. ¿En qué trabaja Huenún? Su trabajo es ser mapuche. Ser poeta mapuche, adjudicarse la voz del pueblo por los demás, dar conferencias, cobrar por esas conferencias. Y a eso se dedica, po. ¿O tu creÃs que Huenún se levanta temprano a trabajar? Por Redacción | Fuente: The Clinic |
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