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2019-03-12 | Antecedentes | ChilenoEl fantasma de un asesino: Augusto PinochetPor qu茅 Chile no supera su dictadura?Chile: el desaf铆o de enfrentar y prevalecer sobre una minor铆a que impone el terror sobre la mayor铆a de los ciudadanos. Para el caso, se trata de romper con la hegemon铆a impuesta por un Ej茅rcito, una clase pol铆tica y una clase empresarial, construida por un dictador; Augusto Pinochet
El golpe a la memoria colectiva, o mejor dicho, el homenaje a uno de los ex dictadores m谩s sanguinarios de Am茅rica Latina, est谩 emplazado a la altura de La Junta, una peque帽a localidad repleta de caba帽as y 谩rboles frondosos en la regi贸n de Ays茅n, al sur del pa铆s. Algunos lugare帽os dicen que el nombre se debe a que desde all铆 la junta militar habr铆a coordinado varios operativos en la zona durante los a帽os del terror, pero la explicaci贸n oficial es que en ese punto geogr谩fico se juntan los r铆os Palena y Rosselot, y por eso eligieron la nomenclatura del pueblo. Frente al monumento hay un bar, y la se帽ora que lo atiende afirma que no le molesta despertar todas las ma帽anas y ver el nombre del genocida que le usurp贸 el poder a Salvador Allende: "No es por pol铆tica, antes no pod铆amos trasladarnos ni siquiera a un hospital si hab铆a una emergencia". Seg煤n explica, la obra se instal贸 para agradecer la instalaci贸n de la carretera de ripio ?hoy con varios tramos de asfalto?, inaugurada durante el Gobierno de facto, cuya Administraci贸n se inici贸 tras el bombardeo al Palacio de la Moneda en aquel fat铆dico 11 de septiembre de 1973, y dur贸 16 largos a帽os. La escena de la ruta pudo repetirse en m谩s de un lugar, como en la Plazoleta Capit谩n General Presidente de la Rep煤blica Augusto Pinochet Ugarte, en Linares, regi贸n del Maule, o el monolito del militar, en Caleta La Arena, regi贸n de Los Lagos. Asimismo, en mayo del 2018 el Museo Hist贸rico Nacional present贸 una muestra llamada Hijos de la Libertad, donde se exhib铆a una imagen del fascista junto a la siguiente leyenda: "La gesta del 11 de septiembre incorpor贸 a Chile en la heroica lucha contra la dictadura marxista de los pueblos amantes de su libertad". Y los ejemplos pueden continuar. Mejor no hablar de ciertas cosas A esta altura, decir que Chile no super贸 su dictadura resulta una obviedad. De hecho, no hay un consenso sobre qu茅 pas贸 en el pa铆s luego de que Allende, rodeado por las fuerzas armadas en la casa de Gobierno, se suicidara, extinguiendo el sue帽o del primer modelo socialista y democr谩tico del mundo. Mencionar el tema genera incomodidad, tensi贸n y ce帽os fruncidos, entre personas de izquierda y derecha. "Prefiero no opinar, no viv铆 esa 茅poca", comenta un electricista del sur. "La dictadura estuvo mal, pero Allende tambi茅n hizo mucho da帽o", reflexiona un ingeniero de buen pasar econ贸mico, cerca de Santiago, la capital. La teor铆a de los dos demonios, esa que dice que en los 70 se vivi贸 una guerra y no un genocidio, cal贸 hondo en parte de la sociedad chilena. M谩s all谩 de opiniones puntuales, una encuesta de la consultora Cadem afirm贸 en septiembre del a帽o pasado que el 95% de la poblaci贸n piensa que la dictadura sigue dividiendo al pa铆s, mientras que un 42% afirm贸 que "divide mucho". A su vez, el 66% de los consultados siente que no se hizo justicia en materia de derechos humanos, y el 85% cree que a煤n existen pactos de silencio entre antiguos militares involucrados en cr铆menes de lesa humanidad. Por otro lado, 27 de cada 100 chilenos piensan que otro golpe de Estado podr铆a repetirse, 70 de ellos no lo ven posible y tres no lo saben. Ese mismo a帽o, la Asociaci贸n Internacional para la Evaluaci贸n del Logro Educativo alert贸 que el 57% de los estudiantes del octavo a帽o de la escuela b谩sica aprobar铆a una dictadura si eso garantizara "orden y seguridad" en esa naci贸n del Cono Sur. En tanto, las consultoras MORI y CERC expusieron en 2015 que el 15% de los entrevistados cre铆a que Pinochet ser铆a recordado "como uno de los mejores gobernadores que ha tenido Chile", aunque aquella percepci贸n est谩 disminuyendo: en 1996 era el 26%. Para los expertos, el mayor 铆ndice de aprobaci贸n pinochetista se da entre las personas m谩s adultas y mejor educadas, principalmente mayores de 61 a帽os con estudios superiores. Asimismo, en el informe se lee que el 21% opin贸 que los militares ten铆an suficientes motivos para perpetrar un golpe de Estado en 1973. La encuesta m谩s curiosa la realiz贸 el diario Emol, que les plante贸 en octubre a sus lectores virtuales revivir el hist贸rico plebiscito de 1988, cuando se votaba a favor o en contra de la continuidad de Pinochet. En la dictadura gan贸 el "NO" con el 54,7% y el r茅gimen no consegu铆a la legitimidad que tanto anhelaba. En 2018 participaron 11.726 personas, y la mitad vot贸 por el "S脥". "Los ide贸logos de la dictadura se aseguraron de armar reglas que la aseguraran, un Ej茅rcito que vigilara, una clase pol铆tica mojigata comprada que no la tocara y una clase empresarial que hoy domina los directorios del pa铆s". Jorge Baradit, autor del libro La dictadura, parte de la trilog铆a Historia secreta de Chile. Intentamos hablar con un hombre que fue detenido y torturado mientras los Chicago Boys de Chile modificaban la econom铆a nacional, quien se anim贸 a contarle a su hijo cuestiones sobre su pasado reci茅n hace dos a帽os. Lo aguardamos un mes, pero finalmente desde el entorno familiar no hubo respuesta. Otra mujer, que perdi贸 a parientes cercanos en manos de fusiles conservadores accedi贸 a un reportaje, pero luego se arrepinti贸: "Pinochet ya nos hizo mucho da帽o", justific贸, como si la dictadura a煤n estuviese viva. 驴Qui茅n podr铆a culparlos? Al fin y al cabo, aunque con algunas reformas de por medio, Chile mantiene vigente la Constituci贸n aprobada en 1980 por el propio r茅gimen. Herida abierta La democracia chilena empez贸 mal. Durante el per铆odo de transici贸n, entre 1988 y 1990, lentamente se daba por finalizado el Gobierno fascista, garantizando un manto de impunidad para muchos uniformados. De hecho, mientras las v铆ctimas intentaban superar los traumas del horror y se buscaban, hasta hoy, a los seres queridos desaparecidos por la extrema derecha, Pinochet continu贸 al mando del Ej茅rcito hasta 1998. Hacer enojar al militar pod铆a tumbar la democracia otra vez, y gobernar ante la supervisi贸n del golpista no era tarea f谩cil. Desde las sombras, el ex dictador segu铆a con mucho poder y todav铆a mov铆a los hilos de un fr谩gil sistema pol铆tico. El colmo para los defensores de los derechos humanos fue cuando se lo nombr贸 senador vitalicio, siendo el primero en la historia local en tener aquella investidura. El cargo fue ocupado durante cuatro a帽os a partir de 1998, aunque lo ejerci贸 efectivamente solo por algunos meses; en octubre fue detenido en Londres tras la petici贸n del juez espa帽ol Baltasar Garz贸n. No obstante, en el 2000 logr贸 volver a su pa铆s porque las autoridades inglesas consideraron que su estado de salud no era 贸ptimo para ser juzgado. "Les conviene mostrar una imagen de un Chile dividido con respecto a la dictadura, para justificar una reconciliaci贸n, que ser铆a un grave error". Lorena Pizarro Sierra, presidenta de la Agrupaci贸n de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Chile. As铆, el entonces senador fue recibido con honores por las Fuerzas Armadas de Chile, y en julio del 2002 la Justicia local lo sobresey贸 de la causa conocida como "Caravana de la Muerte". Acto seguido, Pinochet renunci贸 a su cargo parlamentario, mientras su condici贸n f铆sica se complicaba, y en 2004 tambi茅n fue sobrese铆do por la Corte Suprema chilena por casos de violaciones a los derechos humanos. Mientras tanto, otras causas se iniciaban en su contra, pero muri贸 en 2006 tras sufrir un paro card铆aco a los 91 a帽os, sin ser condenado. Cientos de chilenos lloraron su muerte, y otros miles festejaron en las calles. Luchar contra la corriente La Agrupaci贸n de Familiares de Detenidos Desaparecidos fue una de las partes querellantes contra el genocida ante la Justicia espa帽ola, y su presidenta, Lorena Pizarro Sierra, destaca que el contexto pol铆tico y judicial es clave para entender por qu茅 la dictadura sigue causando tantos resquemores en la sociedad. El asunto la atraviesa de lleno: su pap谩, Waldo Pizarro Molina, fue desaparecido de manera forzada en 1976, y desde entonces nada se supo sobre el paradero de aquel militante comunista. Por su parte, la entrevistada es docente, y entiende que los cambios que introdujo Pinochet en la ense帽anza explican parte del problema: "La reforma termin贸 con la educaci贸n c铆vica y todas las ramas human铆sticas que ayudan al desarrollo del pensamiento. El sistema educativo apunt贸 a la perpetuaci贸n de la explotaci贸n de los hijos de los obreros". Al respecto, profundiza: "Cuando estaba por terminar la dictadura, trabajaba en una escuela rural y se firm贸 un decreto para preparar a los hijos de los campesinos, para que sigan siendo campesinos. En esos casos no eran tan importantes las matem谩ticas, predominaban los talleres de cultivo". Asimismo, Lorena compara la situaci贸n chilena con el proceso argentino de memoria, verdad y justicia, donde se juzgaron a antiguos militares e incluso se conden贸 al ex dictador del pa铆s vecino, Jorge Rafael Videla, quien muri贸 en una c谩rcel com煤n: "Cuando asumi贸 N茅stor Kirchner la Presidencia, te guste o no, se tom贸 una visi贸n distinta desde el Estado con respecto a los cr铆menes de lesa humanidad, derogando leyes de impunidad. En Chile no ocurri贸 eso, todo lo contrario". Y sigue: "Ac谩 se empez贸 a hablar de responsabilidades colectivas, justificando el golpe". "Las transformaciones econ贸micas introducidas por la dictadura siguen plenamente vigentes". Gonzalo Dur谩n, economista e investigador de la Fundaci贸n Sol. Sin embargo, la militante advierte que a varios sectores "les conviene mostrar una imagen de un Chile dividido con respecto a la dictadura, para argumentar una reconciliaci贸n", y aclara que ello "ser铆a un grave error". A su vez, opina que muchos medios ocultan las manifestaciones en repudio de la dictadura, pero conf铆a en que las nuevas generaciones romper谩n con el per铆odo de transici贸n, que en verdad contin煤a hasta hoy. El motivo liberal Las condiciones materiales de una sociedad, es decir, su modelo econ贸mico, tambi茅n inciden en la percepci贸n de la realidad que tienen las masas. En efecto, el investigador de la Fundaci贸n Sol, Gonzalo Dur谩n, considera que las "transformaciones introducidas por la dictadura siguen plenamente vigentes". M谩s en detalle, el economista explica que "en la esfera del trabajo se introdujeron las bases de un sindicalismo fragmentado, hiper atomizado y despolitizado, af铆n a los objetivos del libre mercado, que lo aleja de una tradici贸n de lucha de clases". Y sobre la discusi贸n salarial, a帽ade: "Se prohibi贸 legalmente la negociaci贸n colectiva m谩s all谩 de la empresa". Otro de los aspectos clave para el experto, es que durante el pinochetismo "se privatiz贸 el sistema p煤blico de pensiones" y se cre贸 "una serie de dispositivos para eludir el pago de impuestos", todav铆a presentes en la actualidad. Seg煤n Dur谩n, las empresas a煤n gozan de grandes beneficios contributivos: "Impl铆citamente, est谩 la idea de que los impuestos son un robo por parte del Estado hacia los que m谩s tienen, y tambi茅n persiste la l贸gica del Estado m铆nimo". Se siente en la calle "Ah, sos periodista. Tengo el t铆tulo de tu pr贸xima nota: Pinochet, lo mejor de la historia de Chile. Bachelet, lo peor", aconseja un chofer del autob煤s 426, en la capital del pa铆s, sin que nadie mencionara el tema previamente. Michelle, la expresidenta, fue detenida y golpeada durante la dictadura, y su padre, el general Alberto Bachelet, fue encerrado y torturado por no sumarse al golpe, muriendo en la C谩rcel P煤blica de Santiago, donde fue brutalmente interrogado. No obstante, durante su Presidencia la grieta social no cambi贸 demasiado: la entonces ministra de Defensa, Vivianne Blantlot, acudi贸 al funeral de Pinochet y debi贸 retirarse por los abucheos. El tab煤 que se gener贸 en torno a ese per铆odo hist贸rico, y el ciclo que no termina de cerrar, generan que todav铆a queden muchas cosas por decir. En efecto, el libro m谩s vendido del 2018 se titula La dictadura, y lleva en su portada el rostro caricaturesco de Pinochet. De hecho, ir por las calles de Chile con un ejemplar entre manos genera todo tipo de reacciones, a favor y en contra del dictador. Su autor, el escritor Jorge Baradit, reflexiona para este medio: "Los ide贸logos de la dictadura se aseguraron de armar una Constituci贸n que la asegurara, un Ej茅rcito que vigilara, una clase pol铆tica mojigata comprada que no la tocara y una clase empresarial, construida por Pinochet y que hoy domina los directorios del pa铆s, que fuera su 煤ltimo reducto ideol贸gico". Para terminar, el realizador de la trilog铆a Historia secreta de Chile, opina: "Mi pa铆s est谩 atado de pies y manos estructuralmente, y no puede superar la dictadura porque simplemente sigue aqu铆, impidiendo que el pueblo busque y encuentre su destino". Por: Leandro Lutzky Fuente: RT |
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