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2017-08-26 | Antecedentes | MapucheEs el marco del conflicto en la comunidad mapuche - Ricardo RagendorferGendarmerÃa opera una base informal en el casco de la estancia de Benetton"La noche del apagón". Asà pasó a la historia la fatÃdica jornada del 27 de julio de 1976 en la pequeña ciudad jujeña de Libertador General San MartÃn –más conocida como Ledesma– cuando un corte intencional del suministro eléctrico propició allanamientos en todas las casas por policÃas, gendarmes, militares y capataces de la compañÃa azucarera explotada por Carlos Pedro Blaquier. Casi 500 pobladores fueron llevados en vehÃculos del ingenio a sus galpones, donde permanecieron durante tres meses en medio de interrogatorios y torturas. Unos 30 desaparecieron para siempre. A 41 años de eso, semejante modelo empresarial de gestión represiva es emulada por el Grupo Benetton en sus tierras de la Patagonia.
Para reconstruir este fenómeno de militarización, digamos, campestre, es necesario retroceder a mediados de 2016. Por entonces el Ministerio de Seguridad arguyó en un informe que los reclamos de los pueblos originarios no constituyen un derecho garantizado por la Constitución sino un delito federal porque "se proponen imponer sus ideas por la fuerza con actos que incluyen la usurpación de tierras, incendios, daños y amenazas". Una dinámica cuasi subversiva ya que –según ese documento–"afecta servicios estratégicos de los recursos del Estado, especialmente en las zonas petroleras y gasÃferas". Ahora se sabe que tal paper nació del puño y la letra del ya célebre jefe de gabinete ministerial, Pablo Noceti, luego de tres interesantes cónclaves en Bariloche, JunÃn de los Andes y Esquel entre el Poder Ejecutivo y las filiales de la Sociedad Rural en Chubut, RÃo Negro y Neuquén. En las dos primeras asistió Noceti junto con Patricia Bullrich, y la última únicamente contó con la presencia oficial de este exabogado defensor de genocidas y apologista de la última dictadura. Por los hacendados concurrÃa el administrador general de las estancias Benetton, Ronald McDonald, con su capataz, Vivian Hughes, además de varios terratenientes; entre ellos, Julio Crespo Campos, Roberto Jimeno y Néstor Becerra. El propósito: nada menos que impulsar una especie de nueva Conquista del Desierto. Esas reuniones de trabajo se desarrollaban en un clima de cordialidad en las que Noceti supo cultivar gran empatÃa con dicho trÃo. Fue memorable una cena con una entretenida sobremesa en el caserón de Jimeno a la vera del lago Mosquito, en Cholila, donde atesora una colección de reliquias del perÃodo en que el general Julio Argentino Roca expandÃa civilización en tales confines. El jefe de Gabinete se sintió atraÃdo por una pieza en particular: el cráneo con un orificio de bala perteneciente a un mapuche fusilado en 1881. Su anfitrión y él también compartÃan aceitados vÃnculos con militares de pasado sombrÃo. Y con agentes de inteligencia de presente vidrioso. De hecho, Jimeno fue nada menos que informante del espÃa de la AFI recientemente enjuiciado en Trelew. Julio Crespo Ramos y Néstor Becerra no les van a la zaga. El primero, un ingeniero agrónomo y exconcejal de la UceDe que posee un campo de 600 hectáreas en la zona del lago Lezama, es un sujeto influyente en la Sociedad Rural de Chubut. Y un férreo defensor de la "mano dura" para los dÃscolos mapuches de la zona. El otro es un terrateniente de Cholila al que se lo vincula con el caso de Genaro y Cristián Cafullanca, dos integrantes de esa comunidad desaparecidos en 2013. En ese marco de camaraderÃa se definió el plan operacional contra la lof de Cushamen. De modo que al finalizar la primavera de ese año se instaló en El Maitén –un poblado de 4000 habitantes a 55 kilómetros al este de El Bolsón– la aparatosa avanzada de la GendarmerÃa con tres camiones Unimog, otros tres hidrantes y uno de comunicaciones, junto con 12 camionetas, seis combis y tres autos no identificables. En total, alrededor de 130 efectivos pertrechados hasta los dientes. Sin embargo, en las instalaciones locales de esa fuerza no cabÃan todos. Por lo tanto, hubo una gestión para instalar parte del contingente en la comisarÃa de Leleque, aunque sin éxito. Al final, el bueno de McDonald les cedió una casa en el casco de la estancia de Benetton. Ese sitio se convirtió en un fortÃn corporativo. Ahora merecerÃa ser inspeccionado. Después de la desaparición de Santiago, el doctor Noceti fue sacado del medio para que no abriera más la boca. Sin embargo, hay quienes aseguran que entre el 7 y el 9 de agosto habrÃa vuelto al campo de Leleque para verse con McDonald. ¿SerÃa un viaje oficial? Más tangible fue su presencia al mediodÃa del primer martes de agosto, asà como lo atestigua una foto suya en la ruta 40, a la altura de la tranquera. Poco antes, un gendarme habÃa gritado no lejos de allÃ. "¡Tenemos a uno!" Y ahora, con gesto ceñudo, el funcionario departÃa con un oficial. En ese preciso instante era filmado un video (ver captura) junto a otra tranquera, la que conduce hacia el caserÃo de la comunidad. AllÃ, un puñado de miembros de la Asamblea Permanente por los Derechos del Hombre (APDH), encabezados por Julio Sarquero, parlamentaba en vano con los uniformados su ingreso al centro del conflicto. De pronto, esa conversación fue interrumpida por el paso de una camioneta de GendarmerÃa. Por unos metros la cámara capta su trayecto. Y en la caja se ve un bulto cubierto con nylon. TodavÃa se ignoraba la captura del joven al que los mapuches llamaban "El Brujo". Sergio Maldonado, su hermano, observó esa imagen una y otra vez sin dejar de preguntarse. ¿Acaso era la mochila de Santiago? Un interrogante que aún flota en el aire. « Un pedido de informes En la nota "Por la desaparición forzada de Santiago estalló una guerra interna entre gendarmes", publicada el domingo 10 de agosto por Tiempo Argentino, se informa que el comandante del Escuadrón 35 de El Bolsón, Fabián Méndez, le dijo a un funcionario del gobierno de RÃo Negro las siguientes palabras: "El operativo estuvo a cargo de Chubut. Ellos son muy celosos; sólo ellos saben lo que pasó". La difusión de tal frase –filtrada a este diario por una fuente próxima al oficialismo provincial– tuvo una amplia repercusión en los cÃrculos polÃticos locales. Una inquietud que chocó con el silencio del gobierno encabezado por Alberto Edgardo Weretilneck. Ahora Tiempo pudo saber que el funcionario en cuestión es el ministro de Seguridad, Gastón Pérez Estevan. Y a raÃz del dato el legislador rionegrino Marcelo Mango, del FpV, presentará mañana un pedido de informes al respecto. Un reclamo viral El viernes y sábado, las redes sociales, tanto Facebook como Twitter, desbordaron de mensajes de usuarios que se presentan a sà mismos y preguntan ¿Dónde está Santiago Maldonado? La acción solidaria y de reclamo puso en foco nuevamente –a casi un mes de la desaparición forzada del joven en la lof Resistencia de Cushamen a manos de GendarmerÃa Nacional bajo las órdenes directas de Pablo Noceti, jefe de Gabinete de Patricia Bullrich– la complicidad del Estado y la solidaridad de miles de ciudadanos. Fuente: TiempoAr |
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