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2016-12-28 | Antecedentes | IndoamericanoUna negra y un indio dakotaAl norte del continente, el lÃder indÃgena Leonard Peltier, preso polÃtico en cárceles de los Estados Unidos, exigió su libertad en una carta pública señalando que dÃa con dÃa los pueblos indÃgenas vivÃan âcon recordatoriosâ del exterminio, en los continuos intentos de apropiarse de su cultura y de su tierra, a la que además envenenabanAún a la distancia, ambas personas detenidas resumen la voracidad del nuevo conquistador; un fundamentalismo de mercado que no duda en estigmatizar al distinto para moldear un individuo seriado, alentado apenas por el consumismo y polÃticamente indiferente. La satanización, sea la caza de brujas de hace siglos ejercida boca a boca, o la actual que amplifica agravios a través de los medios hegemónicos de comunicación, no deja de ser una maniobra medieval producto de una ideologÃa retrógrada. Peltier, lÃder del Movimiento Indio Americano, condenado por asesinato a dos cadenas perpetuas en un juicio fraudulento, no ha cejado en los cuarenta años que lleva preso de declarar su inocencia, denunciar los atropellos policiales, y la mortandad infantil y el desempleo en las reservaciones de Dakota del Sur. El ensañamiento sobre este dirigente polÃtico, pintor y poeta, detenido desde 1976, ha sido denunciado por décadas en manifiestos firmados por millones de ciudadanos de diversas latitudes; también personalidades mundiales como el Dalai Lama y Nelson Mandela intercedieron por su libertad; incluso el cineasta norteamericano Robert Redford tras visitar al prisionero, produjo el documental Incidente en Oglala, film que revela las irregularidades del proceso. Milagro Sala, quien acaba de enrostrarle a los magistrados que âla justicia de Jujuy no es independienteâ: âvienen apretando para que esta coya negra y mal hablada esté en la cárcelâ, se ha ido convirtiendo también en un sÃmbolo frente al recorte de libertades, que recibe dÃa con dÃa la solidaridad de distintos sectores sociales, que piden sean respetados sus derechos. La diputada del Parlasur no ha titubeado en desglosar los motivos que motivaron su detención y persecución contra otros miembros de la Tupac Amaru: âes que los negros decidimos organizarnos y que inculcamos a los compañeros que tenÃan que estudiar y prepararse y que no tenÃamos que bajar la cabeza por nada del mundoâ. Sin dejar de lado las diferencias entre los personajes citados, ni la dimensión de sus particularidades, ni sus marcas identitarias, ambos hablan desde el lugar al que los relegó una âdemocraciaâ que se llena la boca hablando de âprimer mundoâ (categorÃa abstracta y discutible, si las hay), pero que en detrimento del diálogo reactualiza desde la cúpula del poder central a los gobiernos subalternos, la polÃtica del Big Stick. El gran Garrote es un cÃclope que donde no ve sumisión, patio trasero, reverencia, asimilación, ve únicamente enemigos. De ahà a la difamación hay un paso. Su ojo ciego empobrece la vida, incluso la de los diccionarios, ya que puede meter en la misma bolsa de una palabra como âpeligrosoâ un sinfÃn de términos más: salvaje, terrorista, negro, marginado, indio, indeseable, etc. Otras veces sus discursos dejan daños colaterales en el sentido común, esos eufemismos y fe de erratas que suelen deslizar con la máscara del acto fallido algunos funcionarios de Cambiemos. Para ejemplo, esta perla del ministro de Educación Esteban Bullrich, durante un ejercicio de oratoria en la Universidad Nacional de RÃo Negro: âEsta es la nueva Campaña del Desierto, pero no con la espada, sino con educaciónâ. Pero la nueva Campaña tiene mañas viejas, al acuñar sus propias leyes haciendo oÃdos sordos a los argumentos de la defensa de Milagro Sala, y al pedido de excarcelación de parte de la ONU, la OEA y, entre otros organismos, la Comisión Internacional de Derechos Humanos. Las palabras de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú sobre Leonard Peltier: âsu delito es ser lÃder de su puebloâ, valen para muchos dirigentes que no han bajado las banderas frente a estos castigos ejemplificadores que tiñen la historia de América, se llamen Ramona (la comandanta Tzotzil) o la machi Francisca Liconao (dirigente mapuche), sea un jefe anónimo del pueblo toba o un dirigente conocido como el presidente aimara Evo Morales. También el delito de Milagro es un liderazgo que el mismo gobierno jujeño se ha encargado de poner en primer plano, endilgándole un tendal delirante de culpas y afirmando âlo hizo el funcionario radical, Miguel Ãngel Giubergia, del cÃrculo del gobernador Geraldo Moralesâ que las agresiones contra el gobernador âtienen la matriz de Milagros Salaâ. A la ideologÃa opresora le responde desde la otra punta del continente Peltier con uno de sus poemas, âLa voz indiaâ: âsoy un preso del odio, el egoÃsmo y la mentiraâ. La mordaza no ha podido acallar una conciencia. El escritor guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, escribió hace años que el silencio de los indios estaba hecho de canciones âque no les dejamos cantarâ. Para âcantarâ un pueblo necesita libertad plena y no cacareos de felicidad con música de los CEO, ni atisbos de territorios militarizados con la excusa de la inseguridad y el narcotráfico. Gran parte de las sociedades de América bregan por un fin de año sin detenidos polÃticos; esos que se llaman Leonard Peltier âhoy gravemente enfermo y cuya vida pende de un hilo: que el presidente Obama le otorgue la libertad antes de dejar el gobierno el 20 de eneroâ o se llaman Milagro Sala, esa negra coya que se atrevió a levantar la cabeza. Por Jorge Boccanera Poeta y periodista. Premio Casa de las Américas. Fuente: Página 12 |
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