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2015-04-03 | Antecedentes | IndoamericanoLos indÃÂgenas desafÃÂan la nueva colonización de LatinoaméricaEl avance de la minerÃÂa, el monocultivo sojero y otros proyectos extractivistas cercan a los pueblos nativos, que han retomado la lucha por territorios que garantizan no sólo su bienestar económico, sino también su supervivencia
La Comunidad Qom de la Primavera, de Formosa, comenzó 2015 con la décima muerte en cuatro años que las autoridades atribuyen a "paro cardÃÂaco" o "accidente de tráfico", pero que, para la comunidad, responde a motivos más oscuros. Esta vez fue Esteban Medina, de 17 años, encontrado muerto junto a la ruta 86, la misma carretera que ha visto al pueblo Qom protagonizar cortes y manifestaciones para reclamar el derecho a sus tierras ancestrales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos les dio la razón cuando, en 2011, exhortó al Estado argentino a proteger la vida de los integrantes de la comunidad. El Estado miró hacia otro lado y hoy el pueblo Qom tiene que lamentar varias muertes más. El pueblo Qom decidió entonces acampar ante la Casa Rosada y manifestarse en Buenos Aires, cortar la céntrica avenida 9 de julio y tratar de visibilizar asàla situación de represión que sufren desde hace años. A esa marcha acudieron representantes de la organización Qopiwinni, un intento de articulación polÃÂtica de las cuatro etnias indÃÂgenas que habitan Formosa: Qom, Pilagá, Wichày Nivaclé. Porque, dicen ellos, todos sufren los mismos problemas, y éstos se reducen a uno: la lucha por la tierra. Los Qom, como tantas otras etnias indÃÂgenas a lo largo y ancho de América Latina, llevan siglos resistiendo al avance sobre su territorio, pero en los últimos años la presión se ha incrementado, en parte, por el avance de la frontera de la lucrativa soja. Los Qom dijeron no al modelo sojero y al glifosato ─el agresivo herbicida que tolera la soja transgénica─ y lograron frenar la expansión del monocultivo en 2010, pero desde entonces han visto aumentar la presión sobre sus tierras. Y es en ese delicado contexto en el que siguen demandando, como exige la ley argentina, la devolución de sus tierras ancestrales: "Eso nos sostiene; sin eso, vamos a ir desapareciendo como pueblo, porque la tierra para nosotros es la base no sólo de nuestros recursos materiales, sino también culturales y espirituales", afirma Félix DÃÂaz, el qarasé, lÃÂder democráticamente electo por la Comunidad de la Primavera, que ha tenido que enfrentarse a varias querellas. Los indÃÂgenas hablan de "judicialización y criminalización de las resistencias". Dista mucho de ser un asunto aislado. En todo el continente, comunidades indÃÂgenas se enfrentan a la expansión de los monocultivos de soja, caña de azúcar o palma africana; a las minas y las explotaciones de hidrocarburos; a las plantaciones de eucalipto y las fábricas pasteras; a las grandes centrales hidroeléctricas. El modelo extractivista ha consolidado en toda América Latina economÃÂas que dependen de la exportación de materias primas, pero su extracción a gran escala conlleva la devastación de ecosistemas enteros y tiene como principales vÃÂctimas los pueblos indÃÂgenas que son desplazados de sus territorios o que ven cómo el deterioro ambiental imposibilita sus formas tradicionales de vida. Los Wayúu contra la mina Son tantos los ejemplos que resulta imposible enumerarlos todos. Alguno de los casos emblemáticos, que dan cuenta de la situación crÃÂtica que viven muchos pueblos originarios latinoamericanos, es el del pueblo Wayúu. Hace sólo unos dÃÂas llevaron ante la CIDH el caso de los 5.000 niños y niñas muertos por hambre y sed en La Guajira (Colombia), muertes de las que culpan a los emprendimientos agroindustriales y mineros que retienen el agua, de por sàescasa, de la región. Los representantes del pueblo Wayúu exigen medidas que les permitan recuperar el acceso al agua mientras se les niega la entrada a la presa construida sobre el rÃÂo RancherÃÂa. A pocos kilómetros de las poblaciones indÃÂgenas, la mina de El Cerrejón, que emplea unos 35.000 litros de agua al dÃÂa, lo suficiente para abastecer a tres millones de personas. La mina es el principal problema de los Wayúu, y el interés del Gobierno de Juan Manuel Santos por impulsar lo que él denomina la "locomotora minero-energética" ha sido clave para que la comunidad sea amenazada y atacada para obligar su desplazamiento. Pero no es El Cerrejón el único enemigo de los Wayúu: el agua que se les niega también se requiere para los cultivos agroindustriales de arroz; además, han denunciado que sus bases de subsistencia se ven amenazadas por los grandes barcos pesqueros que, con permiso gubernamental, arrasa con la vida en el mar y les deja sin posibilidades de pescar mar adentro. El pueblo mapuche contra las petroleras En la Patagonia argentina, el pueblo mapuche hace frente, desde hace años, a la industria petrolera. Cuando YPF era Repsol, los mapuche ─gente de la tierra, en su lengua─ probaron la contaminación que en la región estaba provocando la extracción de hidrocarburos. Después de que la empresa fuera nacionalizada, no ha mejorado la suerte de las comunidades mapuches que se asientan sobre la reserva de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de combustibles fósiles no convencionales, que el Gobierno explotará junto a Chevron pese a los inquietantes antecedentes de la empresa estadounidense, condenada por la Justicia ecuatoriana por contaminación reiterada en sus exploraciones en plena selva amazónica. Chevron nunca pagó su deuda con Ecuador y los pueblos indÃÂgenas se vieron despojados por los miles de litros de crudo vertidos a los rÃÂos. Frente a quienes les acusan de oponerse al "desarrollo y el progreso" de Argentina, el pueblo mapuche defiende el derecho a habitar sus tierras ancestrales y a que se cumpla su derecho a la consulta ante este tipo de proyectos, tal como, sobre el papel, garantizan las leyes argentinas y los convenios internacionales, especialmente, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que casi todos los paÃÂses latinoamericanos han ratificado, pero en todas partes encuentra trabas para ser implementado. Los Xingú contra la presa de Belo Monte La violación del Convenio 169 de la OIT, que otorga a los pueblos indÃÂgenas el derecho a decidir sobre el futuro de sus tierras ancestrales, ha sido uno de los muchos obstáculos legales a los que ha tenido que hacer frente el Gobierno brasileño, decido a construir en el corazón de la selva amazónica, sobre el legendario rÃÂo Xingu, la central hidroeléctrica de Belo Monte, llamada a ser la tercera mayor del mundo. El proyecto, de cuyo consorcio constructor forma parte la española Iberdrola, data de los años 70, y la polémica también. Hace 40 años, las protestas de los pueblos indÃÂgenas afectados lograron paralizar un proyecto concebido en tiempos de la dictadura militar; el Gobierno de Lula da Silva lo retomó y su sucesora, Dilma Rousseff, lo mantuvo pese a la presión de grupos ecologistas internacionales, las órdenes judiciales de parar las obras por las irregularidades encontradas en la licitación ambiental y otro sinfÃÂn de incidencias. Si, como parece, la obra sale adelante y se construye una presa en el rÃÂo Xingu, uno de los mayores afluentes del rÃÂo Amazonas, las consecuencias ambientales son impredecibles, pero de algo no cabe duda: los principales afectados serán los pueblos originarios que habitan la región, los kayapó, arara, juruna y araweté. "No queremos que esta presa destruya los ecosistemas y la biodiversidad que nosotros hemos cuidado durante milenios y que aún podemos preservar". Ese fue el mensaje que, hace años, un lÃÂder kayapó envió al presidente Lula. No hay cómo negarles que, al contrario que el hombre blanco occidental, las tribus amazónicas han sabido vivir en equilibrio y armonÃÂa con la naturaleza; lo mismo cabe decir de los mapuche, los Wapúu, los Nasa, los Qom, los guaranày una larguÃÂsima lista de pueblos originarios de la Abya Yala, el nombre que dieron los kuna del actual Panamá a la tierra que los primeros conquistadores europeos quisieron llamar América. Por: NAZARET CASTRO Fuente: http://www.publico.es/internacional/indigenas-desafian-nueva-colonizacion-latinoamerica.html Fuente: Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu |
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