![]() |
||||||||||||||||
Portada | Nosotros | Enlaces | | ![]() |
|||||||||||||||
SeccionesNoticiasAntecedentes Comunidades Campañas Indoamérica Cultura Libros Ñuke Mapu Documentos de Trabajo Sobre Opinión Biblioteca ArchivosArchivo 1997-2009 |
![]() 2015-08-21 | Opinión | IndoamericanoAriel Leon Bacián - Aymara quechuaColonialismo y pueblos originariosSe señala muchas veces que la situación de los pueblos originarios es colonial. Que respecto de ellos existe colonialismo. Desde la perspectiva del derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios, reconocido expresamente por el derecho internacional (artÃculos 3, 4 y 5 de la Declaración de Derechos de los Pueblos IndÃgenas del año 2007), esto es efectivo. Los pueblos o naciones originarios y sus territorios somos tratados aún como colonias de la metrópoli, no como sujetos libres y soberanos que colectivamente puedan autodeterminarse.
Respecto de los Territorios indÃgenas, el colonialismo es âinternoâ, pues lo hace el Estado de Chile en nombre de la ânación chilenaâ, dentro de sus lÃmites geográficos, pero beneficiando sólo a las elites capitalinas o extranjeras, y no a los pueblos originarios dueños de ese territorio. Chile niega que existan naciones originarias soberanas dentro de su lÃmites, usurpa su autodeterminación polÃtica y luego sus bienes y recursos, con lo cual nos sume en pobreza, exclusión social y discriminación. Somos ricos, pero nos convierten en pobres en virtud del colonialismo que nos imponen. De este modo, la administración no indÃgena de nuestros territorios y demás recursos naturales y culturales, se realiza desde intendencias, municipalidades, Direccion de Aguas, Ministerio de minerÃa, agricultura, educación, de Cultura, CONADI, Ministerio de EnergÃa, Conaf, Bienes Nacionales, Consejo de Monumentos, INAPI, DIBAM, y ahora, desde el eventual Ministerio indÃgena. Todos estos órganos estatales, y otros más, polÃticamente cumplen la función de âórganos de administración colonialâ, pues administran bienes y recursos que no les pertenecen (agua, tierra, minerÃa, semillas, biodiversidad, germoplasma, plantas medicinales, bosques, geotermia, cementerios, arqueologÃa, conocimientos tradicionales, cultura, bailes, música, lengua, patrimonio, etc), y operan para la elite de Santiago, pero principalmente para las transnacionales. Estos órganos usurpan y nos suplantan en el ejercicio de la autodeterminación polÃtica y soberanÃa originaria sobre nuestros bienes colectivos como naciones originarias. El colonialismo, o la relación colonial que se nos impone, tiene efectos económicos, de hecho es el responsable de la pobreza estructural que aqueja a los pueblos indÃgenas. El Estado de Chile aprovecha nuestros bienes colectivos, pero no los utiliza en nuestro beneficio. Para quienes no lo saben, los indÃgenas tenemos más del doble de indigentes que los chilenos no indÃgenas, y casi el doble de pobres[1]. No basta con la educación: los indÃgenas profesionales ganan 30% menos que sus pares chilenos no indÃgenas por el mismo trabajo. En la AraucanÃa las mujeres indÃgenas ganan 60% menos que sus pares. Si vamos a los Ãndices sociales (salud, trabajo, previsión, vivienda) la situación es deprimente. No obstante, las trasnacionales y empresas chilenas lucran con los bienes y recursos soberanos de las naciones originarias, los agotan y de paso destruyen o contaminan nuestros territorios. Nos impiden desarrollar nuestras actividades tradicionales, e incluso corremos el riesgo de que nos cobren royalties por vivir como indÃgenas (Ley Monsanto y la apropiación de semillas agrÃcolas, Ley de propiedad Intelectual e industrial y el patentamiento del idioma, los diseños y la música). O peor, el Estado financia a grupos no indÃgenas para aprovechar o utilizar lo nuestro, sin atender a los derechos colectivos sobre nuestro patrimonio (fondos Conicyt para arqueólogos que hacen prospección y extracción de patrimonio sin autorización o permiso de las comunidades del territorio, fondos de cultura âindÃgenaâ que usan exclusivamente no indÃgenas, FNDR, Corfo-turismo, etc). En suma, el colonialismo no es otra cosa que el robo o saqueo de nuestros recursos naturales, culturales y bienes colectivos, vÃa la negación y prohibición constitucional de los poderes de autogobierno de las naciones originarias. Cada vez que pretendemos ejercer estas facultades hay represión y persecución judicial, pues el colonialismo está protegido por la ley y normas constitucionales que buscamos modificar. Pero por sobre todo hay desprecio, acusaciones de racismo o egoÃsmo contra los indÃgenas, pues no hay nada peor para quien ocupa un bien ajeno, que el dueño exigiendo que lo propio retorne a sus manos. Si recuperamos el autogobierno, si logramos la restitución de nuestras facultades soberanas, recuperaremos también el control polÃtico sobre los recursos naturales y bienes colectivos materiales y culturales, como naciones originarias. Recuperado tal control, aunque sea en una parte, obtendremos por fin los recursos económicos que nos usurpa el Estado y tendremos bienestar. Este bienestar económico, es parte del suma qamaña de los aymara, del sumaq kausay de los quechua, del Kume monguen de los mapuche, del âbuen vivirâ. Es parte de los que nos quitaron. Es parte de lo que recuperaremos. Ese es nuestro destino. Ariel Leon Bacián - Aymara quechua Miembro de la Red IndÃgena Constituyente por la Autodeterminación ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ![]() ![]() ![]() Si deseas conocer mas, visita y suscrÃbete a nuestro Canal en Youtube Ãuke Mapu Cultura, Documentales, Conferencias, Reportajes Fuente: El Ciudadano |
|
||||||||||||||