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![]() 2012-01-06 | Opinión | MapucheCarahue, el 11M y el ministro HinzpeterLo que para todo Carahue es un tÃpico incendio de temporada que se escapó trágicamente de las manos, para Hinzpeter es la consecuencia de un orquestado plan del terrorismo mapuche. Lo que para todo Carahue tuvo su origen en el negligente actuar de campesinos de montaña que viven de la producción (legal e ilegal) de carbón, para Hinzpeter lo tuvo en el accionar de células terroristas con insospechadas ramificaciones regionales. Pero no solo eso. Esta serÃa además la demostración palpable de que en La AraucanÃa los mapuches SI poseen armas de destrucción masiva, tal como informes de âinteligenciaâ venÃan advirtiendo desde hace al menos una década. Informes que la Concertación, era que no estimado lector, desoyó de manera insólita y negligente dado sus compromisos con el Congreso Socialista de Chillán del año 67â y complicidad manifiesta con los oscuros planes de Darth Sidious, el Señor Oscuro de los Sith.Ufff⦠tras la jornada de ayer jueves uno no sabe si reÃr o llorar. Chile, el paÃs de Kafka, GarcÃa Márquez y el realismo mágico revisitado. âEl Mundo y El PaÃs informan que terroristas mapuches estarÃan detrás de los incendios y las muertes de hoyâ, me comenta alarmado un amigo periodista catalán vÃa Skype. ¿La fuente? El Palacio de La Moneda y sobretodo el Ministro del Interior, el mismo que por la tarde-noche de ayer, ya instalado en Temuco, llamaba a la responsabilidad y a âpor favor, no especular nada al respectoâ. Raro el ministro Hinzpeter. Horas antes defendÃa a raja tabla las âconjeturasâ de Palacio, afirmando que contaban con antecedentes para relacionar âdirectamenteâ el incendio en la zona de Carahue con los últimos atentados en La AraucanÃa -reivindicados en teorÃa por la CAM- y estos a su vez con la quema de una moto de Carabineros y un bus del Transantiago en la capital, este último conducido por un microbusero de rasgos no precisamente caucásicos y sospechoso apellido âLepillánâ. Si se trata de relacionar, ministro, ejemplos hay por montones en otras latitudes, especialmente cuando la muerte de civiles inocentes âsobre todo si esta se produce en trágicas circunstancias- sensibiliza e indigna a la opinión pública de especial manera. Fue lo que hizo George Bush con Irak tras el macabro atentado a las Torres Gemelas, relacionado peras con manzanas, pasándose por el aro informes de observadores de la ONU, reportes de sus propios organismos de inteligencia y la opinión de expertos de todo el orbe. Poco y nada importó a Mister President todo ello. Envió a sus chicos a la guerra, destruyó y reconstruyó Irak para beneficio de un puñado de corporaciones, aseguró millonarios contratos a sus amigotes petroleros texanos y de las consecuencias, que se encargue el negrito. ¿Alguien recuerda hoy que todo aquel desmadre fue por llevar a Medio Oriente âlas bondades de la democracia occidentalâ? A uno como que le entra la duda. ¿Existirán bajo los erosionados cerros de Carahue inagotables reservas de petróleo? ¿O tal vez de uranio? Hasta donde sabemos, en absoluto. ¿Hacia dónde apunta entonces la campaña de desinformación montada por La Moneda? En lo personal, dudo que se trate de una nueva invasión militar al PaÃs Mapuche, al estilo de operaciones yankis como âLibertad Duraderaâ o âDemocracia y Pascua Feliz para Todosâ. Concédame ministro que bastante absurdo serÃa invadir lo que ya fue invadido, aunque solo fuera con âmucho mosto y poca pólvoraâ. ¿Entonces qué? âPedro, es que se trata de vuestro propio 11M, joderâ, comenta mi colega desde Barcelona y no deja de tener meridiana razón. Lejos de la geopolÃtica imperial de Bush y la beligerancia âquien la tiene más grandeâ de sus halcones, lo de Hinzpeter y su cÃrculo de señoritos asesores es lisa y llanamente un Aznarazo de marca mayor. O de proporciones bÃblicas, en el decir de una tÃa evangelizada por las monjas de Boroa a punta de lugares comunes. Lo de Aznar aconteció en Madrid y persiguió como objetivo viles cálculos polÃticos. Fue dÃas previos a las elecciones generales de 2004, cuando varios trenes de cercanÃas explotaron por los aires en las inmediaciones de Atocha, en un atentado que a la legua revelaba el modus operandi del terrorismo islámico. SÃ, de Al Qaeda y no precisamente del terrorismo vasco, como se encargó de propagar a los cuatro vientos el Palacio de La Moncloa, a objeto de responsabilizar de la tragedia a sus oponentes del PSOE y su âtimorata lucha contra ETAâ. Cuento corto; el montaje cayó como saco de papas en los dÃas siguientes, la ciudadanÃa se reveló contra el PP y el voto de castigo transformó a José LuÃs RodrÃguez Zapatero en Presidente del Estado Español, a José MarÃa Aznar en el hazmerreÃr de la Comunidad Europea y a sus organismos de inteligencia en una mala copia de la Oficina chilena. Sepa ministro que el caso lo conozco como pocos. No por estar involucrado, aclaro desde ya, sino porque âdesde Bruselas, donde me encontraba por motivos académicos- me tocó reportear lo acontecido. Modestia aparte, una de las primeras notas revelando el montaje informativo de aquella fatÃdica mañana lleva mi firma. Fue publicada en The Independent, de Londres, y en ella daba cuenta del comunicado de las âBrigadas de Abu Hass Al-Masriâ reivindicando su autorÃa. ¿No me cree? Aquà la versión en español publicada el mismo 11M en Rebelión. Como verá, de montajes comunicacionales conozco y bastante. Y por ello le pido no nos venga con cuentos. Ni bomberos ni las autoridades de Carahue avalan su afiebrada tesis del âterrorismo mapucheâ. Si desea que el presidente Piñera suba un par de puntos en las encuestas, el camino créame es otro. Lo demostró el ministro Lavin en Temulemu, devolviendo tierras a las comunidades, reconociendo la deuda histórica y reparando con ello décadas de injusticia. Por ahà va la cosa en estas hermosas comarcas sureñas. Créame. PEDRO CAYUQUEO Periodista, director de los periódicos Azkintuwe y MapucheTimes. Fuente: El Mostrador |
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